Ni era una fiesta clandestina, ni eran un centenar de personas. Incluso, la propiedad denunciada ni siquiera tenía sótano. Todo eso ha dicho Kevin Raimondi, el gestor legal de La Perla, la villa turística ubicada en Roca Llisa, en el municipio de Santa Eulària. El mismo sitio del cual el Ayuntamiento señaló y difundió una imagen del evento en cuestión, desmantelado por la Policía Local.
Según había informado el Consistorio, se trató de una celebración ilegal que “incumplía varias normativas vigentes”, por lo cual podría enfrentarse a sanciones de hasta 300.000 euros.
El Ayuntamiento denunció que en el lugar se encontró personal de seguridad y personas saliendo de esta propiedad privada. Los asistentes indicaron a la Policía que había unas 100 personas en el inmueble, y que se les entregaban una pulsera identificativa tras el pago de 130 euros. Por ese valor, tenían acceso a la fiesta y a dos consumos.
Además, el Consistorio señaló que el establecimiento en cuestión carece de licencia turística, pero también de título habilitante ni autorización para una actividad de ocio con ánimo de lucro.
La respuesta del propietario de la villa
El gestor legal de la villa negó casi cada punto denunciado por el Ayuntamiento, y acusó que la información difundida “no es veraz” y “no refleja fielmente lo ocurrido”.
Según Raimondi, la Policía Local de Santa Eulària y el Registro de Entrada del Ayuntamiento le confirmaron que no existe ninguna sanción ni expediente en curso contra la propiedad ni contra su actividad turística.
Esto, sin embargo, no había sido confirmado por el Ayuntamiento. El Consistorio había dicho que se iniciarían “actuaciones disciplinarias”, que podrían derivar en “una sanción que va desde los 30.000 hasta los 300.000 euros en función de la gravedad y las infracciones detectadas”. También que se trasladó al Consell el expediente ante la existencia de una presunta comisión de una infracción en materia turística.
A propósito, Raimondi ha señalado que la villa señalada “dispone de licencia turística legal y vigente, con número de registro ETV-1919-E”.
Este número de licencia no figura en el Portal de Registros Turísticos del Consell de Ibiza.
“No era una fiesta”
Según la versión del propietario, “no se trató de una fiesta clandestina, sino de un evento privado”, más concretamente, un cumpleaños familiar. Además, el dueño de la villa en cuestión niega que hubiera un centenar de personas: dice que no eran más de 50, “todas identificadas”.
Lo que sí ha admitido el gestor legal de la villa es que hubo un cobro de entradas, “sin conocimiento ni consentimiento del gestor ni del propietario”, que fue “bloqueado automáticamente” apenas se supo.
“El sótano no existe”
Acaso el punto más concreto en el cual se contraponen las versiones del Ayuntamiento y del propietario es que desde la villa aseguran que el inmueble no cuenta con un sótano, el lugar donde habría tenido lugar la fiesta.
La Voz de Ibiza ha consultado al Ayuntamiento por esta información, y el Consistorio ha ratificado que esa ha sido la versión que dieron los asistentes al evento que fueron consultados en el lugar.