Flavio Briatore vuelve a estar en boca de todos. Empresario provocador, figura emblemática del lujo europeo y veterano del paddock, su regreso al primer plano internacional no se limita al mundo del motor. Ibiza, donde ha anunciado que abrirá próximamente una de sus reconocidas pizzerías de lujo, forma parte de su renovada estrategia de exposición y expansión.
El anuncio de la apertura de Crazy Pizza Ibiza se hizo público el pasado 18 de abril, y marcará la vigésima sede de una cadena que mezcla gastronomía italiana de alta gama con espectáculo en sala, coctelería premium y una estética pensada para un público internacional y exclusivo. El local estará ubicado en Marina Botafoch, uno de los enclaves más selectos de la isla. Aunque aún no ha abierto sus puertas, la elección de Ibiza como nueva plaza confirma que Briatore sigue viendo en la isla un punto clave de visibilidad y estilo de vida.
Y como si eso fuera poco, esta misma semana se ha confirmado su regreso al centro de la Fórmula 1: será asesor ejecutivo especial del equipo Alpine, un rol que le devuelve una influencia directa en la gestión deportiva y comercial de una escudería que busca reencontrarse con el protagonismo perdido.
Un regreso por partida doble
La figura de Briatore ha estado ligada históricamente a los focos. Desde sus años al frente de Benetton —donde llevó a Michael Schumacher a sus primeros títulos— hasta la era Renault con Fernando Alonso, supo combinar audacia táctica, visión de negocio y una estética que siempre rozó lo mediático. Ahora, más de una década después del escándalo que lo alejó del paddock, vuelve con poder de decisión en Alpine.
La designación ha sido leída como un intento de sacudir una estructura que no termina de funcionar. Alpine atraviesa una temporada gris, y la incorporación de Briatore sugiere que se buscan cambios profundos. La primera muestra ya está sobre la mesa: la apuesta por Franco Colapinto, joven piloto argentino de 21 años, que ocupará el lugar de Jack Doohan a partir del Gran Premio de Emilia-Romaña.
Colapinto, que venía destacándose en Fórmula 2 y dejó buenas sensaciones en su breve paso por Williams, será ahora observado con lupa. Su llegada responde tanto a su talento como al estilo Briatore: hacer apuestas fuertes, disruptivas y que generen conversación. Es el tipo de movimiento que el italiano disfruta ejecutar.
Ibiza como escaparate de marca
El anuncio de la pizzería de lujo no es un capricho gastronómico. Crazy Pizza es una marca pensada para reforzar la identidad visual de Briatore como empresario global del entretenimiento, y cada nueva apertura se selecciona cuidadosamente. Ibiza, con su perfil cosmopolita, sus conexiones aéreas y su clientela de alto poder adquisitivo, era un paso lógico.
En el local se ofrecerán pizzas sin levadura de masa ultrafina, productos de altísima calidad como trufa, burrata y jamón ibérico, todo acompañado por música en vivo y un famoso Spinning Pizza Show donde los pizzaiolos hacen malabares con la masa al ritmo del DJ.
Este modelo de negocio, que fusiona la comida con el espectáculo, resume bien el universo Briatore, donde todo está pensado para ser vivido y compartido, pero también fotografiado, viralizado y consumido como experiencia de marca.
La narrativa del regreso
Aunque a nivel temporal la apertura de la pizzería y su designación en Alpine no coinciden exactamente, sí pueden leerse como capítulos de una misma narrativa: el regreso total de Flavio Briatore a la escena pública internacional. Tras años más discretos, vuelve con fuerza a dos de sus grandes pasiones: el lujo y la competición.
Su figura sigue dividiendo opiniones, pero no deja a nadie indiferente. Algunos lo ven como un símbolo rancio del exceso y el favoritismo. Otros, como un gestor hábil y provocador que sabe mover los hilos del poder. Lo cierto es que, una vez más, vuelve a estar en el centro de todo.
Y en ese centro, Ibiza no es decorado, sino plataforma. La isla no solo aloja su próximo restaurante: representa su idea del éxito, del prestigio, del ocio como forma de influencia. Desde Botafoch hasta Imola, Briatore conecta sus mundos con una narrativa coherente.
Conclusión
Ni la pizza es solo pizza, ni la Fórmula 1 es solo velocidad. Para Flavio Briatore, ambos territorios son vehículos de visibilidad, marca personal y control estratégico. Su regreso a Alpine y su apuesta por Colapinto lo devuelven a los titulares, pero Ibiza le da el marco perfecto: el de un hombre que no ha perdido el pulso del espectáculo, y que sigue tan cómodo en la cabina de un DJ como en el muro de boxes.
