Formentera está a punto de convertirse en el epicentro de un cambio energético sin precedentes en el Mediterráneo. La isla ha sido seleccionada como ubicación piloto de la primera minigranja energética undimotriz de la región, una tecnología que aprovecha el movimiento de las olas para generar electricidad de forma limpia y sin impacto visual. Y que, además, provee información útil que permite predecir fenómenos naturales adversos.
Así lo ha explicado la presidenta del Clúster Marítimo de Baleares, Iolanda Piedra a La Voz de Ibiza.
Del laboratorio al mar
El proyecto, que comenzó con una propuesta de la empresa Renewables Ocean Energy (ROE) y que ha sido respaldado por el Gobierno central a través del programa NEOTEC, ha pasado por una fase de análisis técnico y validación en instalaciones punteras del Estado. Entre ellas, destaca el canal de olas del Ministerio de Defensa, el más importante de Europa.
“Ya no vamos a probar un solo dispositivo, vamos a experimentar una minigranja en el mar, con tres turbinas interconectadas”, ha señalado Piedra.
El emplazamiento elegido ha sido el puerto de La Savina, tras un análisis exhaustivo que contempló no solo criterios técnicos, sino también logísticos, medioambientales y sociales. La decisión fue unánime entre los expertos, pese a que Botafoc (Ibiza) figuraba como una alternativa sólida.
Actualmente, desde Clúster Marítimo aguardan que la Autoridad Portuaria de Baleares —que ha apoyado el estudio del clúster sobre energía undimotriz y acompañado el desarrollo de estos dispositivos— dé el visto bueno para la prueba en La Savina. Algo que ocurrirá próximamente, se ilusiona Piedra.
Tres sensores, una sola turbina: energía, predicción y vigilancia ambiental
El dispositivo diseñado —y ya construido en Cartagena por IGIMAR, empresa especializada en submarinos— no solo produce energía. También incorpora sensores avanzados con inteligencia artificial que le permiten ofrecer tres servicios complementarios:
- Monitoreo propio del dispositivo para asegurar su correcto funcionamiento.
- Predicción de anomalías marítimas, como cambios de comportamiento que puedan derivar en tsunamis.
- Medición del impacto ambiental, evaluando contaminación acústica, residuos y variaciones de pH que afecten al ecosistema marino.
“Es como si tuviéramos un molino que genera energía tanto al entrar como al salir la ola”, explicó Piedra, destacando la eficiencia del sistema Crowflow, distinto a la tecnología Wells dominante en el Atlántico.
La energía que el Mediterráneo sí puede generar
El proyecto se enmarca en la estrategia energética europea para zonas marinas, impulsada por la Unión para el Mediterráneo. Según explicó la presidenta del Clúster, el Mediterráneo no cuenta con mareas, corrientes fuertes ni gradientes térmicos, lo que descarta otras tecnologías oceánicas. La única fuente viable es la energía de las olas: cinética y potencial.
“España ya obliga a los puertos a adaptarse a esta realidad energética”, remarcó, en referencia a la hoja de ruta nacional de transición.
Una granja sostenible, eficiente y sin impacto visual
El dispositivo tiene dimensiones reducidas, no genera ruido ni contamina visualmente. Por eso se plantea su integración junto a los espigones o incluso en infraestructura sumergida, como parte del mobiliario portuario.
“No estamos hablando de plataformas gigantes como las del Atlántico, que cuestan 50 millones y son inviables en el Mediterráneo. Hablamos de pequeñas ‘casitas’ acopladas entre sí”, ilustró Piedra.
La instalación piloto estará compuesta por tres turbinas, pero ya se proyecta una futura granja completa. La energía generada se aprovechará en el propio puerto, evitando pérdidas por transporte y almacenamiento.
Patentes, defensa y estrategia militar
El proyecto cuenta ya con tres patentes registradas en Baleares. Una de ellas contempla su uso exclusivo para energía. Otra, su versión mixta con sensores. Y la tercera, quizás la más ambiciosa, orienta la tecnología a la seguridad y defensa portuaria.
Los drones, la inteligencia artificial y estas turbinas pueden funcionar como escudo, ha explicado Piedra.
Las turbinas podrían colocarse bajo espigones, generando energía y dotando al entorno de capacidad de defensa activa, integrando sistemas de reconocimiento, predicción y respuesta ante ataques.
Liderazgo balear en la nueva ola energética
Baleares no solo liderará el Mediterráneo con esta tecnología, sino que aspira a influir en Europa. Según Piedra, el Clúster ha participado en conferencias estratégicas con los 43 países de la cuenca mediterránea, proponiendo un modelo sostenible que supere la dependencia de eólica y fotovoltaica.
“Podríamos ser líderes no solo energéticos, también industriales. Esto es empleo, innovación y seguridad”, ha concluido.