El popular presentador de televisión y youtuber español Frank Cuesta, conocido por su programa Frank de la Jungla, ha publicado un vídeo en su canal de YouTube en el que confiesa haber mentido durante años sobre aspectos fundamentales de su vida personal y profesional.
En el vídeo, titulado Disculpas a Chi y comunicado, Cuesta admite que nunca ha tenido cáncer, que no es veterinario ni herpetólogo, y que los animales de su santuario en Tailandia fueron comprados, no rescatados.
“No tengo cáncer, no soy veterinario ni herpetólogo, y los animales del Santuario no han sido rescatados sino comprados. He sido un personaje. Ha sido todo parte de un show que poco a poco se me ha ido yendo de las manos por un grave problema de mitomanía y ego”, ha reconocido visiblemente afectado.
Cuesta también ha pedido disculpas públicas, especialmente a Chi, colaborador del santuario que posee en Tailandia. Se trata de quien había compartido audios comprometedores, en los que Cuesta hablaba de la compra de animales o del maltrato de estos.
Cuesta ha criticado públicamente a Chi, y le dedica parte del vídeo. «Quiero disculparme públicamente de Chi y asumo completamente la responsabilidad de hate que le cayó después de mi detención”, dijo en alusión a su detención en Tailandia en febrero por la presunta posesión ilegal de especies protegidas en el refugio de animales.
La confesión de Cuesta ha generado una gran repercusión en redes sociales y medios de comunicación, donde se ha cuestionado la veracidad de su trayectoria como defensor de los animales.
Un personaje televisivo con proyección internacional
Frank Cuesta alcanzó popularidad a partir de 2010 con el estreno del programa Frank de la Jungla en Cuatro, donde aparecía manejando serpientes, cocodrilos y otros animales salvajes en entornos exóticos del sudeste asiático. La serie fue un éxito de audiencia y lo catapultó como una figura mediática en España, con una imagen de defensor extremo de la fauna salvaje y crítico feroz del maltrato animal.
En paralelo, Cuesta anunció en varias ocasiones que padecía cáncer, al tiempo que gestionaba un centro de rescate de animales en Tailandia, conocido como Wild Frank Sanctuary, donde aseguraba alojar animales víctimas del tráfico ilegal o del abandono.