AMBIENTE

Ibiza como termómetro: el mar revela señales preocupantes de transformación

Tras 14 años de observaciones en el Canal de Ibiza, un equipo internacional confirma un aumento sostenido de la temperatura y la salinidad, cambios que podrían alterar la biodiversidad y la pesca en el Mediterráneo.

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SOCIB (Sistema de Observación y Predicción Costera de las Islas Baleares)

El Canal de Ibiza, ubicado entre la isla y la costa peninsular, se ha consolidado como un punto estratégico para entender el cambio climático. De acuerdo con un estudio liderado por investigadores del SOCIB (Sistema de Observación y Predicción Costera de las Islas Baleares) el Mediterráneo se está calentando y volviendo más salado. Estos cambios podrían alterar la biodiversidad y la pesca en sus aguas.

La investigación, que fue publicada en Frontiers in Marine Science, analizó 14 años de datos recogidos por planeadores submarinos —los llamados gliders—que recorren el canal y registran la temperatura y salinidad del mar desde la superficie hasta casi 1.000 metros de profundidad.

Se trata de aporta una visión sin precedentes sobre la circulación oceánica y la dinámica de masas de agua en el Canal de Ibiza, gracias a una serie temporal de alta resolución mantenida entre 2011 y 2024, según han destacado Mélanie Juza, Emma Heslop, Nikolaos D. Zarokanellos y Joaquín Tintoré, expertos en oceanografía, en el paper.

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Gliders en acción en el Mediterráneo.

Tecnología al servicio de la ciencia

Desde 2011, se han realizado 70 misiones con estos vehículos autónomos, que recorren de manera casi continua la línea “Canales”, registrando más de 76.000 perfiles de temperatura y salinidad hasta los 950 metros de profundidad. A diferencia de otras plataformas como satélites o boyas, los gliders permiten captar variaciones a escalas muy pequeñas, desde fenómenos diarios hasta tendencias que se prolongan por décadas.

Dinámica de masas de agua y estacionalidad

El estudio revela que la circulación en el canal sigue un ciclo estacional marcado. En invierno y primavera domina la Corriente del Norte, que arrastra aguas hacia el sur, mientras que en verano y otoño se debilita, favoreciendo la entrada de aguas atlánticas recientes con menor salinidad y mayor riqueza en nutrientes. Estos pulsos son vitales para la productividad marina, ya que aportan clorofila y oxígeno, nutrientes básicos para la cadena trófica.

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Eventos extremos y señales de alerta

Los datos muestran episodios puntuales que ayudan a dimensionar la complejidad del canal. Entre ellos, destacan las intensas entradas de agua atlántica reciente en los otoños de 2016, 2017 y 2023, que modificaron de forma notable la salinidad y la temperatura de la zona. También se documentaron fuertes propagaciones de Agua Intermedia Occidental en varios inviernos, así como dos eventos excepcionales de la Corriente del Norte, con transportes de agua superiores a los registrados en décadas previas.

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Batimetría en el Mediterráneo occidental generada con datos de Smith y Sandwell (1997) (A). Ampliación de los canales baleares con la ubicación de SOCIB y la línea de resistencia del planeador en el IC (B). Fuente: SOCIB

Tendencias a largo plazo: el Mediterráneo se calienta

El hallazgo más inquietante es la evidencia de un calentamiento generalizado en todas las capas del canal, con incrementos que llegan hasta 0,5 °C por década en aguas intermedias. Además, casi todas las masas de agua muestran un aumento en la salinidad, lo que incrementa la estratificación y reduce la mezcla vertical. En la práctica, esto significa menos nutrientes disponibles para los ecosistemas y mayores riesgos para especies marinas de alto valor ecológico y pesquero.

Implicaciones y futuro

Los autores advierten que el Canal de Ibiza funciona como un auténtico “termómetro” del Mediterráneo occidental. Su monitorización es esencial no solo para entender la circulación oceánica, sino también para predecir los impactos del cambio climático en la biodiversidad y en actividades económicas como la pesca. El SOCIB plantea integrar sensores biogeoquímicos y combinar los datos de gliders con observaciones satelitales y radares de alta frecuencia para mejorar las predicciones y apoyar la gestión sostenible del mar.

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