La preocupación por la lengua azul, una enfermedad que afecta a rumiantes como ovejas y cabras, ha llegado a Ibiza, donde el sector ganadero espera con nerviosismo los resultados de las muestras tomadas en varias explotaciones ovinas.
Este virus, que ya ha golpeado fuerte en Mallorca con 71 focos confirmados y otros siete en Menorca, aún no ha dado señales definitivas en Ibiza, aunque el temor por su posible expansión crece cada día.
La Conselleria de Agricultura, Pesca y Medio Natural ha anunciado la compra de 500.000 dosis de vacuna para combatir el serotipo 8 de la lengua azul, el más agresivo, que podría ser clave en la lucha contra esta enfermedad si se confirma su presencia en la isla.
Fernando Fernández, director general de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, ha indicado que las vacunas estarán disponibles a principios de diciembre, pero mientras tanto, se mantienen estrictas medidas de control para evitar la propagación del virus.
La situación en Ibiza es especialmente delicada, ya que el sector ganadero representa una parte importante de la economía rural. Si bien la lengua azul no afecta a los humanos, su impacto en el ganado puede ser devastador, especialmente si no se actúa con rapidez.
Medidas
Las restricciones al movimiento de ganado, la desinfección y la prohibición de ferias y certámenes ganaderos son algunas de las medidas preventivas que están en marcha.
En Baleares, la enfermedad ha golpeado zonas rurales clave, como Sóller, Deià y Pollença, en Mallorca, y Es Mercadal y Ciutadella, en Menorca.
Ibiza, hasta ahora sin casos confirmados, observa con cautela la evolución de la situación. El resultado de las pruebas será crucial para saber si la isla queda libre de la enfermedad o si tendrá que enfrentar un nuevo desafío sanitario.