Ibiza estará presente en la gran final del concurso Mejor Bocata de España 2025 con una propuesta que mezcla alta cocina y cultura callejera. El bocadillo “Mar y Tierra”, creado por el local Can Gourmet, ha sido seleccionado entre los 15 finalistas nacionales tras superar una fase inicial con más de 130 participantes y 22.000 votos.
Una receta pensada para sorprender
La propuesta ibicenca busca reinterpretar el bocadillo tradicional con una combinación audaz y sofisticada, tal como explican desde el establecimiento. El ingrediente principal es un roast beef cocinado a baja temperatura, que aporta jugosidad y textura. Se acompaña con una salsa de atún inspirada en el clásico vitello tonnato, que añade un contraste cremoso y envolvente.
A estos elementos se suman el sabor profundo del Parmigiano Reggiano, la dulzura intensa de los tomates cherry semi-secos, la frescura de la rúcula y un toque marino de alcaparras en polvo que sella la experiencia.
Desde Can Gourmet lo tienen claro: no se trata solo de un bocadillo, sino de una declaración de principios. “Cada bocado tiene una intención. Buscamos la armonía entre técnica, producto y emoción”, aseguran.
Final nacional en Madrid
La última fase del concurso se celebrará el lunes 12 de mayo en Madrid, con una cata ciega ante un jurado profesional en el Mom Culinary Institute. Allí se decidirá cuál de los finalistas merece el título al mejor bocata de España. Para llegar a esta etapa, el “Mar y Tierra” fue elegido como el mejor de Baleares, y ahora competirá con creaciones de otras regiones como Madrid, Galicia, Castilla y León o Andalucía.
Un bocadillo con alma ibicenca
Can Gourmet, ubicado en la calle Guillem de Montgrí, 18, nació con una filosofía clara: “Un bocadillo puede ser mucho más que una comida rápida: puede ser una experiencia”. Con esa idea, han construido una propuesta basada en la calidad del producto, el respeto por la técnica y la búsqueda constante de nuevas combinaciones.
“Cada ingrediente tiene un propósito. Cada bocado, un significado”, explican. El equipo insiste en que no se trata de lujo, sino de atención al detalle: desde la selección de proveedores hasta el emplatado. Su obsesión, dicen, es hacer de lo cotidiano algo extraordinario.
