Las negociaciones entre el Partido Popular (PP) y Vox en Baleares para la aprobación de los presupuestos autonómicos giran en torno a la inmigración ilegal y el rechazo al Pacto Verde Europeo. Aunque Vox ha insistido en que no hay acuerdo, fuentes cercanas a las conversaciones aseguran que el Govern de Marga Prohens busca acercar posturas para garantizar la estabilidad parlamentaria.
Uno de los principales puntos de fricción es la política migratoria. Vox ha exigido que Baleares se niegue a acoger menores migrantes llegados a Canarias, una medida impulsada por el Gobierno central para repartir la carga entre las comunidades autónomas. El portavoz del Govern balear, Sebastià Sagreras, ha afirmado que «los recursos de acogida en Baleares están al límite», alineándose así con la postura de Vox. Desde el partido de Jorge Campos, sin embargo, consideran insuficiente la posición del PP y reclaman «una oposición más contundente al efecto llamada».
Pacto Verde
El otro gran eje del debate es el Pacto Verde Europeo, un conjunto de medidas ambientales promovidas por la Unión Europea para reducir emisiones y transformar la economía hacia la sostenibilidad. Vox ha sido especialmente crítico con estas políticas, a las que culpa de la «asfixia económica» de los agricultores y ganaderos baleares.
José Antonio Fúster, portavoz nacional del partido, ha advertido que no habrá negociación presupuestaria si el PP no se compromete a «defender a nuestros productores y rechazar las imposiciones climáticas de Bruselas».
A pesar de las diferencias, las conversaciones entre ambos partidos se han desarrollado con un perfil bajo. Según apunta Mallorca Diario, la estrategia del Govern de Prohens es mantener un «camino más discreto» en las negociaciones, evitando un choque público que pueda afectar la imagen del PP a nivel nacional.
Por su parte, Vox mantiene su presión asegurando que «el tiempo corre en contra de los populares», ya que sin su apoyo los presupuestos podrían peligrar.
Por el momento, la incertidumbre sigue marcando el futuro de los presupuestos de Baleares, con Vox presionando para condicionar las cuentas autonómicas a sus exigencias y el PP tratando de equilibrar su posición sin alejarse del electorado más moderado.