El viaje a Ibiza con el que la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) premió a las jugadoras tras ganar el Mundial se convirtió en un escenario de angustia y desesperación para Jennifer Hermoso, según el testimonio de Alexia Putellas en el juicio contra Luis Rubiales.
En su declaración por videoconferencia ante la Audiencia Nacional, la futbolista del FC Barcelona afirmó que, durante la estancia en Ibiza, Hermoso estaba «muy agobiada» y rompió a llorar en varias ocasiones. «Nosotras intentamos que estuviera bien, que disfrutara, pero en un momento dado nos dijo: ‘No sé qué hago aquí’«, relató Putellas.
Las palabras de la jugadora confirman que las presiones sobre Hermoso no se limitaron al vuelo de regreso a España, sino que se extendieron hasta la celebración en la isla. Según Putellas, su compañera «ya no estaba» mentalmente en la celebración y, pese a los intentos del grupo por animarla, su expresión reflejaba agotamiento y tristeza.
Putellas también recordó un episodio significativo en el pasacalles que se organizó en Ibiza en honor a las campeonas del mundo: «La vi llorar de nuevo. Se puso las gafas de sol y trató de ocultarlo, pero estaba visiblemente afectada».
El testimonio de la jugadora se suma a los de otras compañeras que han señalado la existencia de coacciones para minimizar la agresión de Rubiales, acusado de agresión sexual y coacciones tras el beso no consentido a Hermoso en la final del Mundial.