La semana que viene el Port Nàutic de Ibiza, que ya ha hospedado a peces y tiburones en su restaurante, ahora ofrece una oportunidad de no quedarse parado en el muelle para saltar a un mar donde el color explota, y donde los seres vibran entre lo figurativo y la fantasía con un chispazo de psicodelia.
Hablamos con la madrileña Maite Granados López, residente en Baleares quien vive entre Ibiza y Palma y que se prepara para exponer parte de su obra en un espacio donde se honra a la mar, al buen comer, y desde la nueva administración también al arte de primer nivel.
-¿Cómo llegas a la pintura?
-Mi padre era artista y pintaba en casa, mis hermanos también estaban interesados pero yo mucho, desde los 4 años que no he dejado de pintar. Además siempre fui muy fantasiosa, siempre he estado en ese mundo.
-O sea que tu inicios en el arte fue la pintura.
-Empecé con dibujo y pintura hasta que fui a la Universidad Complutense de Madrid a estudiar Bellas Artes que hice escultura. Acabé en Atenas la carrera en un erasmus dedicado a la escultura.
Luego fui a Edimburgo y me salió una beca y pasantía en Sargadelos (una de las casas de cerámica más importante de España) en Galicia.
Luego estuve trabajando de escultura en películas haciendo escenografías y atrezo.
Y luego volví a la pintura.
-¿Qué técnica utilizas?
-A mí me gusta mucho experimentar y hace tiempo ya que he aprendido a no tener miedo a equivocarme, al lograr quitarme el rollo egocéntrico del artista, porque en el fondo da igual equivocarse.
Entonces puedo dibujar con carboncillo pero también con rotuladores, o pastel, o trabajando en pintura poniendo óleo sobre acrílico… hago mucha técnica mixta. Pero la base de mis pinturas es el acrílico.
-¿Qué tamaños trabajas?
-Desde pequeños 25×25 a muy grandes como 4×4 o más. Me gusta mucho el tamaño grande. Siento que cuánto más pequeño es el cuadro, más retocas, es más mental. Y cuanto más grande es más impulsivo, más visceral, cuando sale el arrebato, y me encanta eso.
-¿Y en la escultura qué materiales usas?
-Bueno, sobre todo la cerámica por comodidad y por el tamaño, pero me gusta mucho el gres, que es como un barro blanco de una textura arenosa, luego si tengo que hacer una forma figurativa el barro rojo siempre va bien.
-¿Qué fue lo primero que has hecho en tu vida?
-Un vasito para guardar anillos para mi madre en el día de la madre. Como un joyero… era medio raro [risas].
-¿Cómo definirías tu arte?
-Podríamos decir figurativo pero a la vez es algo fantástico, es un mix. Está la presencia del mar o el agua y sus texturas y luego está la fantasía que es mi mundo submarino partiendo de lo que veo cuando buceo.

-Retratas personas, flora y fauna, ¿te sientes libre de poder crear cualquier cosa o tienes alguna referencia que te tire más que otra?
-Por ejemplo, en la escultura, siempre trabajo el mundo natural, sobre todo el cuerpo humano porque me gusta mucho la anatomía. Creo que para ser muy buen escultor debes de ser antes muy buen dibujante, si quieres ahondar en el mundo natural.
-El dibujo es la madre del todo.
-Sí. Yo creo que sí.
-Le dirías a un alumno esto como recomendación.
-Sí, creo que conociendo la técnica y teniendo destreza es cuando puedes desvirtuar lo que quieres transmitir o lo que sientes. Puedes romper con los esquemas sólo sabiendo los esquemas primero.
-¿Qué diferencias encuentras a la hora de crear entre pintura y escultura?
– En realidad yo trabajo más por proyectos e investigación, entonces hago lo que me apetece y luego lo enfoco con una cosa u otra. Depende de lo que quiera en el momento.
-Expones nuevo material la semana que viene, cuéntanos.
-Sí, el próximo martes 15 de abril inauguro una exposición en el Port Nàutic Ibiza a las 16 horas.

-¿Qué se encontrarán los que visiten tu muestra?
-Color lo primero, frescura luego porque trabajo el agua. Estoy obsesionada con el mar desde que empecé a bucear y a hacer el surf. Y en cada sumergida descubro un nuevo color o un nuevo matiz que luego me acompaña a la hora de crear. Pero sobre todo, color. Y esto que me encanta; que si ves mis cuadros de cerca pudieran parecer abstractos pero luego, al alejarte, aparece el mar.
-¿Crees que el color puede influir en el estado de ánimo de una persona?
-Sí, creo fervientemente en eso. Y mis cuadros son muy positivos porque tienen eso, mucho color y muy armónico, que dan muy buen rollo.
-¿De qué color son las paredes de tu casa?
-Las paredes de mi casa son blancas porque voy saltando de casa en casa entonces tampoco puedo elegir mucho.
-¿Si pudieras elegir uno…?
-El turquesa.
-Pastel imagino.
-Sí, pastel.
-Yo una vez tuve una cocina naranja intenso, y tenía un buen rollo esa cocina… Pero tampoco hay que abusar [risas]…
-Yo tenía el salón naranja, y me encantaba, el naranja es mi segundo color favorito. Igual te digo, no se porqué pero ahora mismo ya no usaría colores tan vivos para decorar paredes, igual me he vuelto un poco más discreta… ¡pero en los cuadros no! [risas]
-Hablando de casas, ¿qué es esto de que vives entre Ibiza y Palma?.
-Yo soy de Madrid que no tiene mar, pero viví mucho en Galicia también por la familia de mi madre, entonces si no estoy cerca del mar me seco. Descubrí Mallorca buceando y me he quedado.
-[interrumpo] Pero eres profe en Ibiza…
-Sí ahora estoy en la Escuela de Artes y Oficios de Ibiza, en el ciclo de moda y patronaje artístico. No puedo vivir en Ibiza todo el año. No he tenido la suerte de encontrar algo que se pueda pagar todo el año con el sueldo de profe que tengo. Entonces alquilo en época escolar estos alquileres que te tienes que ir en verano, y me voy a Mallorca a pasar el verano.
-¿Y es fácil encontrar esos “alquileres para profesores”, digo, se supone al menos que sois tranquilos [risas] y os vais en verano lo que para que el propietario es ideal…?
-No, no es fácil encontrar vivienda en Ibiza en ningún caso. Y sobre todo, a menos que seas rico, es casi imposible encontrar para vivir solo. En mi caso comparto piso con otros profes. Y la verdad es que a mi edad me gustaría tener mi espacio.
-Estamos en un momento de la humanidad donde las personas, pero sobre todo los jóvenes “hijos del reel”, se les ha acortado mucho la atención, ¿te pasa esto en tu aula?
-Yo tengo la suerte de que lo que enseño no es tedioso, que es más fácil poder disfrutar las temáticas, es arte, es dibujo, por ejemplo. Yo no tengo ese problema porque tengo la suerte de que el arte es muy divertido.
-Hay un dicho popular español que dice “es dura la vida del artista”, ¿es cierto?
-Para mí dura en el sentido económico sí, pero en el sentido emocional, estoy muy agradecida poder hacerlo. Porque es terapia para mí. Y además me parece importante combinar el arte con otra cosa, a mí siempre me ha gustado la enseñanza y entonces hago las dos cosas, y eso me ayuda económicamente a tener una cierta estabilidad. Soy muy mala comerciando mi arte, pero me da estabilidad emocional, lo necesito. Pero hay quienes son artistas y muy buenos a la hora de venderse. O que saben cómo enfocarlo. Lo mío es más tropezar a lo torpe con clientes que acaban comprando mis cuadros [risas].
-¿Y cómo lidias entre crear lo que te nazca vs. crear lo que sabes que vende?
-¡Pues si hiciera lo que creo que vende estaría forrada! [carcajadas], pero no lo estoy, entonces hago lo que quiero y si cuela, genial.
Además, ¿qué es lo que vende más? Ahora hay tanta cosa, tanta información, no sé… parece que lo que más tira es algo más tecnológico.
-¿Qué te parece que la Inteligencia Artificial haga arte?
-A mí me fascina la Inteligencia Artificial pero me asusta mucho también. Creo que nos quita valor, que un poco nos anula. No es estimulante ya que hace todo sola. Anula al proceso creativo, el trabajar con la emocionalidad… muchos factores que de esa forma, no se producen. Y no, la verdad es que no me parece bien que haga arte, no. Ha de ser un herramienta pero no para reemplazar al artista, y no lo digo de forma narcisista, al final el arte es un lenguaje y no poder expresarte con las manos en vez de un teclado por que sea más fácil y rápido que sea, me parece algo muy malo.
-¿Tienes represente o agente?
-No
-Pues dejo tu contacto aquí por si acaso…
[carcajadas]