La UD Ibiza está obligada a remontar en Can Misses si quiere mantener viva la ilusión del ascenso a Segunda División. El conjunto celeste cayó por 2-0 ante el FC Andorra en un partido marcado por los errores defensivos y la inoperancia ofensiva.
Los locales aprovecharon con contundencia las concesiones defensivas del Ibiza y, además, supieron cerrar sus líneas para frenar cualquier intento de reacción. El conjunto balear, sin sus hombres clave –Gallar, Davo y Molina– y con un once condicionado por las bajas, mostró una versión gris, previsible y sin chispa.
El arranque fue esperanzador, con presión alta y buena circulación, pero el primer gol del Andorra, obra de Josep Cerdà tras una internada de Casadesús por la banda derecha, desdibujó por completo a los ibicencos. El tanto llegó en el minuto 19 tras un desajuste grosero en el repliegue y una cobertura deficiente de Bebé. A partir de ahí, el Ibiza se diluyó: dejó de tener claridad, perdió intensidad y acumuló errores.

El segundo golpe no tardó. Poco antes del descanso, Lautaro amplió la ventaja tras aprovechar una mala defensa de un centro lateral. Era el 2-0 y el Ibiza se iba al vestuario noqueado, sin ideas y con la losa de dos goles en contra.
La segunda mitad fue un ejercicio de impotencia. El Andorra renunció al balón, cerró espacios y esperó. El Ibiza dominó en posesión pero sin profundidad ni peligro real.
Los cambios de Jémez –con la entrada de Zarzana, Gori, Eugeni y Quique– no alteraron el guion. Bebé seguía impreciso y los intentos por banda no encontraban rematador ni generaban situaciones claras. La ocasión más clara fue, de hecho, para el Andorra, que estuvo cerca de hacer el tercero en un mano a mano que Redondo no supo definir.
Ahora la UD Ibiza necesita mostrar una cara muy diferente para remontar el próximo fin de semana. Aunque el marcador es revertible, deberá cambiar en el juego para mantener viva la ilusión del ascenso.