Ibiza afronta el reto urgente de adaptar sus infraestructuras a su población real y a su modelo económico, según el vicepresidente del Govern y conseller de Economía, Hacienda e Innovación, Antoni Costa, quien ha presentado este miércoles un informe estructural sobre la isla.
El estudio, elaborado por la Dirección General de Economía y Estadística, analiza la evolución de los últimos veinte años y advierte de que la presión demográfica y el peso del turismo están llevando al límite las infraestructuras y los recursos naturales.
“Para conseguir esta transformación económica es necesario incrementar la innovación y los instrumentos de monitorización”, explicó Costa, que destacó la implantación del Territorio Balear Inteligente, un sistema de sensores para generar datos fiables que permitan diseñar políticas públicas eficaces.
Desafíos de la economía de Ibiza
Según el documento, el 71 % de la actividad económica de Ibiza depende del sector servicios y del turismo, lo que genera una elevada vulnerabilidad estructural y ambiental. La isla concentra además la mayor densidad demográfica del archipiélago, un factor que tensa la movilidad, la red viaria y las infraestructuras básicas.
En el ámbito económico, el PIB per cápita de las Pitiusas alcanza los 32.500 euros, una cifra superior a la media española (31.600) pero inferior a la europea (36.000). En los últimos 21 años se ha multiplicado por 1,7, aunque la productividad sigue siendo menor que la del conjunto de la UE.
Otro dato destacado es la tasa de motorización, situada 65 puntos por encima de la media nacional, lo que refleja la dependencia del vehículo privado y la necesidad de soluciones de transporte sostenible.
“Ibiza necesita políticas basadas en datos y no en improvisaciones”, concluyó Costa, insistiendo en que la innovación debe ser la herramienta para transformar la economía insular.












