Las reservas hídricas en Baleares han cerrado enero con un 51%, lo que representa un descenso de un punto respecto a diciembre y tres puntos menos en comparación con el mismo mes del año pasado.
En el caso de Ibiza, se ha producido un leve aumento del 35% al 36%, mientras que en Formentera la situación se mantiene estable, aunque con niveles considerados bajos.
Según ha informado la Conselleria del Mar y del Ciclo del Agua, la falta de lluvias ha afectado la recuperación de los acuíferos en las Pitiusas. Durante enero, la precipitación media en Ibiza ha sido de solo 21,8 l/m², muy por debajo de los 46,0 l/m² que marca la media histórica.
En Formentera, la situación es aún más preocupante, con apenas 17,0 l/m² frente a los 33,7 l/m² habituales.
Un enero seco y con temperaturas por encima de lo normal
Los datos de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) confirman que enero ha sido un mes especialmente seco en Baleares, con una precipitación media de 36,5 l/m², lejos de los 57,1 l/m² habituales.
Además, ha sido un mes muy cálido, con una temperatura media de 12,3 ºC y una anomalía térmica de +1,7 ºC, lo que ha incrementado la evaporación y ha reducido la capacidad de recarga de los acuíferos.
A nivel global, la Demarcación Hidrográfica de Baleares sigue mostrando una tendencia descendente en sus reservas. El índice actual (0,450) es inferior al del año pasado (0,481) y al de hace dos años (0,538), lo que confirma la disminución de los recursos hídricos disponibles.
Sin previsión de mejoras en febrero
Las perspectivas para el segundo mes del año no son optimistas. Según la Conselleria del Mar y del Ciclo del Agua, no se espera un aumento significativo en las reservas hídricas a corto plazo. La mayor parte del territorio balear continúa en prealerta, mientras que la UD de es Pla sigue siendo la única en estado de alerta.
En Ibiza y Formentera, la situación de sequía persiste, y las autoridades insisten en la importancia de un uso responsable del agua para evitar futuras restricciones.