Las negociaciones para el nuevo convenio de hostelería en Baleares han entrado en una fase crucial esta semana, tras un acercamiento en materia salarial entre sindicatos y patronal. UGT, sindicato mayoritario, rebajó su exigencia de subida del 19% al 17% en tres años, mientras que la patronal elevó su oferta del 9,5% al 11%. Sin embargo, el pacto global sigue lejos y el riesgo de conflicto está sobre la mesa.
“Todo lo que sea acercar posturas nos parece bien, pero todavía estamos lejos y se me antoja complicado llegar a un pacto”, reconoce José García Relucio, secretario general de la Federación de Servicios, Movilidad y Consumo de UGT. El propio dirigente apunta a avances posibles en cuestiones como la ampliación del periodo garantizado de los fijos-discontinuos, que podría pasar de seis a nueve meses de trabajo. “La patronal estaría dispuesta a escuchar y se podría avanzar en este punto”, señala a Europa Press.
Sin embargo, el gran obstáculo está en la reducción de la jornada laboral a 35 horas semanales, una demanda sindical que la parte empresarial rechaza sin matices. “Los empresarios no quieren ni oír hablar del tema. Les salen granos por todos lados”, ilustra Relucio, describiendo la reacción de los hoteleros ante la propuesta de recorte de horas.
Los sindicatos insisten en avanzar también en garantía de ocupación y mejora salarial, y advierten de un posible calendario de movilizaciones durante julio si el jueves no se produce un avance real. “No se puede aceptar que en tiempo de bonanza económica en el sector turístico, las empresas no estén dispuestas a repartir, aunque sea una mínima parte de sus beneficios, entre sus trabajadores”, enfatiza el líder de UGT.
Desde la patronal, la FEHM tacha de “excesivo” el incremento del 17% que reclaman los sindicatos, recordando que los salarios ya estaban actualizados y han subido de forma notable en los dos convenios anteriores. Los empresarios aseguran que seguirán trabajando en los próximos días para acordar cuestiones “de máximo interés y sustanciales” para la actualización del convenio.
Tampoco hay avances relevantes en la reducción de jornada: “Les salen granos por todos lados”, repiten los representantes sindicales, insistiendo en que la patronal rechaza de plano cualquier rebaja horaria. Sí hay margen para acuerdos en materias como salud laboral, formación y conciliación.
El ambiente es de pesimismo: si este jueves la mesa de negociación no avanza, los sindicatos preparan movilizaciones y no descartan huelga en plena temporada alta.
La situación en Ibiza y Formentera
En el ámbito local, la patronal hotelera de Ibiza y Formentera observa con inquietud la negociación balear y advierte que las cifras sindicales son “inasumibles”. María Costa Roig, presidenta de la Federación Empresarial Hotelera de Ibiza y Formentera (Fehif), ya ha subrayado que la reducción a 35 horas y la subida salarial supondrían “una subida real del 31% en tres años”, algo que considera “una barbaridad”.
Costa, sin embargo, asumió en declaraciones al Diario de Ibiza que “sí o sí habrá incremento salarial”, aunque el punto de fricción está en la cuantía. La presidenta destaca la necesidad de salarios dignos para poder vivir en Ibiza y señala que las negociaciones siguen abiertas, con la esperanza de un acuerdo a final de mes. Los empresarios locales ofrecieron una subida del 8,5% hasta 2027, propuesta que los sindicatos ven “totalmente insuficiente”.
La patronal insiste en la necesidad de buscar un equilibrio que permita beneficiar a todas las partes, y pone especial énfasis en la preocupación por el aumento del absentismo laboral, un fenómeno que afecta de manera notable a las plantillas, especialmente en los grandes hoteles. El seguimiento diario de las ausencias supone un reto añadido para la gestión del personal, reconocen desde la Fehif.
Por parte sindical, desde CCOO en las Pitiusas se ha transmitido que el punto de mayor desencuentro sigue siendo el salarial, y que los aumentos propuestos por la patronal resultan insuficientes en el actual contexto económico. Destacan el elevado coste de vida en la isla, tanto en vivienda como en bienes básicos, y consideran que la clave para lograr plantillas más estables y con menos rotación pasa por mejorar las condiciones económicas y laborales.
Desde UGT en Ibiza y Formentera se observa la negociación con cautela, recordando que, aunque las temporadas turísticas son cada vez más largas y la ocupación del destino va al alza, existen muchos trabajadores con dificultades para acceder a una vivienda o cubrir el coste de la vida diaria.
En este contexto, la negociación del convenio de hostelería en Baleares mantiene a Ibiza y Formentera en vilo ante las próximas reuniones, con empresarios y sindicatos pendientes de si finalmente será posible alcanzar un acuerdo que permita un equilibrio real entre competitividad y calidad de vida para quienes trabajan en el sector.