La seguridad alimentaria vuelve a ponerse bajo la lupa después de que las autoridades sanitarias hayan lanzado un nuevo aviso relacionado con la presencia de Listeria monocytogenes en determinados embutidos distribuidos en cadenas como Aldi y Dia.
Esta situación ha reactivado la preocupación entre los consumidores y ha llevado a los organismos competentes a reforzar sus medidas de control.
Qué debe hacer el consumidor si tiene los productos en casa
La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición insiste en que las personas que hayan comprado alguno de los embutidos incluidos en la alerta deben actuar con rapidez. Se trata de productos listos para consumir, por lo que no pasan por procesos de cocinado capaces de eliminar la bacteria. La prioridad, según el organismo, es retirar cualquier posible foco de riesgo del hogar.
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Revisar el nombre del producto y verificar si pertenece a las marcas y lotes afectados.
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Comprobar la fecha de caducidad y la información del envase, si aún se conserva.
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Evitar completamente el consumo de los embutidos incluidos en la alerta.
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Eliminarlos de manera segura, evitando el contacto con otros alimentos.
Aunque pueda parecer suficiente guardarlos en el frigorífico o reservarlos para una devolución, AESAN recalca que lo más seguro es desecharlos cuanto antes. Estos artículos pueden mantener la presencia de Listeria incluso en frío, por lo que conservarlos supone un riesgo innecesario para todos los miembros del hogar.
La agencia recomienda también mantenerse al tanto de posibles actualizaciones, ya que las alertas alimentarias pueden ampliarse con nuevos lotes o marcas a medida que avanza la investigación.
Qué hacer si ya se han consumido
Para quienes hayan ingerido alguno de los embutidos afectados, la recomendación es vigilar el propio estado de salud durante los días posteriores. La Listeria monocytogenes tiene un periodo de incubación variable, y los síntomas no siempre se presentan de inmediato, por lo que es importante mantenerse alerta.
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Prestar atención a señales compatibles con listeriosis.
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Observar si aparecen fiebre, diarrea o malestar gastrointestinal.
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Solicitar atención médica si surge cualquiera de estos síntomas.
En la mayoría de los casos, la infección puede manifestarse de manera leve, similar a una gastroenteritis. Sin embargo, la agencia subraya que cualquier malestar tras la ingesta debe ser valorado por un profesional sanitario, especialmente si la persona afectada tiene patologías previas o pertenece a un grupo de riesgo.
Dado que la sintomatología puede aparecer incluso días después, es recomendable no descartar la relación entre el consumo del producto y los posibles efectos en la salud, aunque haya pasado un tiempo.
Advertencias especiales para mujeres embarazadas
El organismo sanitario hace especial hincapié en las recomendaciones dirigidas a las mujeres embarazadas, uno de los grupos más vulnerables ante la infección por Listeria. Durante la gestación, esta bacteria puede afectar al feto incluso cuando la madre apenas presenta síntomas, por lo que la precaución debe ser máxima.
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Consultar las guías alimentarias específicas para gestantes emitidas por AESAN.
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Evitar los embutidos y productos listos para consumir incluidos en la alerta.
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Solicitar orientación médica si se ha ingerido alguno de los lotes afectados.
Además de la advertencia puntual por estos embutidos, AESAN recuerda la importancia de mantener hábitos estrictos de higiene y evitar ciertos alimentos durante el embarazo para reducir riesgos asociados a microorganismos peligrosos. Si se ha consumido un producto implicado, no es necesario alarmarse, pero sí informar al profesional sanitario para una valoración personalizada.
Una consulta temprana permite descartar complicaciones y establecer un seguimiento adecuado si fuese necesario.
Prevención: evitar la contaminación cruzada

Más allá de la retirada de los productos afectados, la agencia insiste en la necesidad de reforzar las medidas de higiene en la cocina para impedir que la bacteria pase a otros alimentos. La contaminación cruzada es una de las vías más comunes de propagación de patógenos dentro del hogar y, en casos como este, puede aumentar considerablemente el riesgo para los consumidores.
Para evitarlo, es fundamental desinfectar cuidadosamente cuchillos, tablas de cortar, envases y cualquier utensilio que haya estado en contacto con los embutidos implicados. Del mismo modo, se recomienda limpiar a fondo las superficies donde se hayan manipulado estos productos y lavarse las manos con esmero después de haberlos tocado, ya que la bacteria puede transferirse con facilidad a través del contacto directo.
La Listeria es capaz de sobrevivir incluso a bajas temperaturas, algo que la convierte en un microorganismo particularmente resistente en entornos como el frigorífico. Por ello, las autoridades advierten que una limpieza superficial no es suficiente: es necesario emplear productos adecuados y dedicar el tiempo necesario para asegurar la desinfección completa de cada zona potencialmente contaminada.












