El 22 de agosto de 2015, tres cafeterías Cappuccino de Mallorca —en Sant Miquel, Port d’Andratx y Portals— fueron asaltadas en menos de 24 horas. La banda se llevó 116.000 euros en efectivo, actuando con un nivel de preparación y precisión poco común. Lo que parecía un caso más de delincuencia organizada se transformó en uno de los episodios más emblemáticos de la crónica policial balear: detrás de esos golpes estaban Jonatan y Cristian Cazorla, hermanos vinculados a un amplio historial criminal con epicentro en Ibiza.
Viajaron a Mallorca en un yate desde Ibiza y tras ejecutar los tres asaltos regresaban a la isla con el botín. Pero la huida no salió como esperaban. La Policía Nacional y la Guardia Civil desplegaron un operativo conjunto en alta mar y los interceptaron a bordo de la embarcación. Los detenidos arrojaron pruebas por la borda, pero los agentes recuperaron dinero en efectivo, joyas, relojes y herramientas para butrones. Fue el inicio del final.
Juicio contra seis acusados de distintos robos con fuerza en Ibiza, Formentera y Mallorca
Casi una década después, llega la condena
El juicio por estos hechos se celebró este miércoles, nueve años después de los robos. Los seis acusados, incluidos los hermanos Cazorla, admitieron su responsabilidad y aceptaron penas de entre dos años y medio y cuatro años de prisión. Las condenas corresponden únicamente a los tres robos de Cappuccino. El retraso del proceso judicial y la confesión de los implicados fueron claves para el acuerdo de conformidad alcanzado con la Fiscalía.
La condena reciente cierra uno de los tantos capítulos delictivos atribuidos a los Cazorla. Según la Guardia Civil, su banda había cometido 29 atracos en comercios de Baleares y obtenido cerca de un millón de euros en joyas, relojes y dinero en efectivo.
Robos planificados al detalle
El grupo actuaba con una metodología sofisticada. Uno de los acusados visitaba los locales disfrazado como técnico de telefonía o seguridad para inspeccionar los sistemas de alarma. Luego, entraban de madrugada, inutilizaban sensores con cinta, usaban sopletes para abrir cajas fuertes y escapaban por accesos traseros. En uno de los asaltos, llegaron a emplear gas pimienta contra un vigilante.
La investigación determinó que la banda tenía acceso a conocimientos técnicos gracias a la vinculación de algunos de sus miembros con una empresa de extintores y sistemas de seguridad, lo que facilitaba el sabotaje de los sistemas de protección de los locales.
El incendio de los juzgados de Ibiza
El historial criminal de los Cazorla no se limita a robos. El 21 de enero de 2019, un incendio arrasó los antiguos juzgados de Ibiza, situados en la avenida Isidor Macabich. El fuego destruyó dos plantas y paralizó la actividad de siete órganos judiciales. La investigación reveló que el objetivo del incendio era eliminar expedientes judiciales relacionados con causas contra la banda.
En 2023, Jonatan Cazorla fue condenado como inductor del incendio a cuatro años y un día de prisión. El autor material, Francisco Fonseca, recibió la misma pena. Ambos debieron indemnizar al Ministerio de Justicia con más de 400.000 euros por los daños causados.
Una muerte en es Viver
Apenas cuatro meses después, en mayo de 2019, otro incendio vinculado a Jonatan Cazorla conmocionó a Ibiza. El fuego destruyó un edificio okupado en el barrio de es Viver, provocando la muerte de una mujer y heridas graves a tres personas. La investigación apuntó a que el incendio se originó tras una discusión entre ocupantes del edificio y miembros del grupo criminal.
En 2022, Jonatan fue juzgado y condenado a 7 años y medio de prisión por homicidio y lesiones por imprudencia grave, aunque quedó descartada la intencionalidad directa del crimen. El segundo acusado por ese caso fue absuelto.
Un historial criminal que marcó una época
Los hermanos Cazorla han quedado retratados como los cabecillas de una de las bandas más activas y peligrosas de las últimas décadas en Baleares. Su implicación en robos con butrón, incendios provocados y delitos contra la vida convirtió su trayectoria en objeto de investigación prioritaria para las fuerzas de seguridad.
El operativo en alta mar de 2015, registrado en vídeo por la Guardia Civil y difundido entonces, puso fin a una etapa de impunidad. En esas imágenes se ve el abordaje del yate, la recuperación del botín y la detención de los implicados.
Hoy, con varias condenas firmes y penas que superan la decena de años para Jonatan Cazorla, la historia criminal de los hermanos llega a su punto final judicial, aunque su nombre siga resonando como sinónimo de delito y audacia en la memoria reciente de Ibiza.
Hasta en la televisión
El impacto del caso llegó también a la televisión nacional. Un episodio del programa Equipo de Investigación, emitido por La Sexta, puso el foco en una serie de robos cometidos en Ibiza durante un verano especialmente convulso, en el que varias bandas organizadas —entre ellas la liderada por los hermanos Cazorla— actuaron con violencia y planificación.