Carmen Romero y Gerard Martínez, barceloneses afincados en Ibiza, tuvieron una revelación muy ibicenca: quedarse sin bebidas en mitad de una fiesta privada fue el chispazo que inspiró Drink Home Ibiza, su empresa especializada en atender los caprichos más insólitos de los muy ricos.
Hoy suman más de medio millón de seguidores y una lista de clientes donde figuran nombres como Paris Hilton, Leo DiCaprio, Bizarrap, Vinicius Jr, Arón Piper, jeques árabes, personal diplomático de Oriente Próximo y una formidable agenda de futbolistas de la Premier y LaLiga.
Su lema es claro: “En 20 minutos, 24/7”, ya sea en una villa, un hotel o un superyate.
Del Macallan de 275.000 euros a 250 botellas de Don Pérignon
En Ibiza, la excentricidad es moneda corriente, pero el nivel de estos pedidos privados roza lo surrealista. Mientras que en cualquier discoteca o beach club cualquiera puede gastarse miles de euros en vodka Belvedere o champán francés, las villas de lujo marcan otra liga: exclusividad absoluta y un gasto de vértigo.
«Uno de los pedidos más exclusivos que recibimos fue el de unos israelíes que celebraban una fiesta en una villa. Querían algo que prácticamente no tuviera nadie en Europa. De nuestra nutrida reserva escogieron un tequila Casa Dragones, edición limitada con diseño especial de Gabriel Orozco que cuesta 5.500 euros y del que solo hay 200 unidades en el mundo«, relatan los gerentes a La Vanguardia.
El porqué: puro postureo. Presumir ante sus invitados forma parte del juego. Los cálculos que maneja el sector sitúan el gasto VIP en torno a 50.000 euros como punto de partida, aunque hay noches donde todo se dispara.
“El más difícil nos lo encargó un conocido beach club de Formentera: a las 9 de la mañana nos pidió 250 botellas de Don Pérignon para una fiesta que había cerrado con un árabe a las 16 horas. Y tirando de contactos entre Madrid y Valencia y alquilando un ferry, lo sacamos adelante”, relatan.
De mansiones a helicópteros exprés: todo vale
El negocio de Drink Home Ibiza no se limita a repartir botellas carísimas. Muchos clientes les piden gestionar mansiones, yates, jets privados o helicópteros de un minuto para otro.
“Sucedió hace tan solo tres semanas: una familia necesitaba estar con urgencia en Barcelona y no había vuelos regulares. Le alquilamos un helicóptero que los recogió en el aeropuerto y los llevó directamente a destino”, recuerdan en una entrevista con La Vanguardia.
Futbolistas como Vinicius, Neymar Jr o Thiago Alcántara figuran en su agenda de clientes, además de empresarios y actores de Hollywood. Muchos se convierten en amigos de confianza, aunque la pareja asegura que casi siempre declinan las invitaciones a esas fiestas privadas: la discreción es su mejor aval.
Su central está en Marina Botafoch, una de las zonas más exclusivas de Ibiza, y desde ahí coordinan todo tipo de entregas. Aunque en plena temporada alta el servicio puede demorarse, rara vez superan los 35 o 40 minutos desde que el cliente cuelga el teléfono. La media se mantiene en esos 20 minutos que prometen como seña de identidad.
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