Messi en Ibiza tiene un rival difícil de vencer. No es un defensa en el césped ni un portero bajo palos, sino una casa de lujo en la isla que se ha convertido en su problema más incómodo. La mansión que adquirió en Cala Tarida no solo arrastra un expediente urbanístico abierto y la amenaza de demolición, sino que además ha despertado el interés de la Guardia Civil en el marco de investigaciones sobre construcciones ilegales, ni más ni menos que por falsedad documental.
En medio de este contexto, el último informe anual de Edificio Rostower SOCIMI, S.A.U., la sociedad inmobiliaria del jugador, añade otra capa de polémica. Para iniciar, y puede que parezca un detalle, pero no lo es: el documento no menciona la palabra “Ibiza”, sino que se limita a ubicar el inmueble como “Sant Josep de sa Talaia (Illes Balears)”. Una descripción fría, burocrática, que evita nombrar a la isla más mediática de España.
Lo realmente relevante, sin embargo, no está en ese matiz administrativo, sino en lo que el informe decide enterrar bajo cifras contables. Porque el mismo balance que reconoce un deterioro millonario de valor en su cartera inmobiliaria declara también, negro sobre blanco, que no existen provisiones ni contingencias. Ni un euro reservado para afrontar sanciones, ni una sola línea sobre la demolición que planea sobre su villa de lujo en Ibiza.
La fecha de la firma y la publicación
El informe fue formulado y aprobado por el consejo de administración el 31 de marzo de 2025, con las firmas de Lionel Messi, Antonela Roccuzzo y el resto de consejeros, y certificado el 1 de abril de 2025 por el secretario no consejero.
El depósito oficial en el Registro Mercantil se produjo meses más tarde, el 28 de julio de 2025, dentro del plazo legal previsto para este tipo de sociedades. Ese mismo día quedó accesible en la plataforma Portfolio Stock Exchange, donde inversores y terceros pueden consultarlo.
No es la primera vez que la compañía cuelga información financiera en ese portal. En diciembre de 2024 ya había publicado allí las cuentas de 2022 y 2023, junto con el Documento de Emisión con el que se estrenó en el mercado.
La novedad es que el informe de 2024 constituye el primer ejercicio completo tras la conversión a SOCIMI, formalizada el 13 de diciembre de 2024.
La villa en Sant Josep: lujo bajo sospecha
La vivienda, según se menciona en el documento, llamada Can Lavanda, fue adquirida en 2022 por Edificio Rostower y figura en los balances como una de las “viviendas” del portafolio. Sin embargo, fuera de los papeles arrastra un historial complicado.
El Ayuntamiento de Sant Josep de sa Talaia mantiene abierto un expediente urbanístico que exige restituir la legalidad en la finca. Entre las irregularidades señaladas figuran ampliaciones ejecutadas sin permiso —piscina, jacuzzi y anexos reconvertidos en estancias habitables—. Los técnicos municipales han calificado parte de estas obras como insubsanables, lo que implica que deberán ser demolidas.
La Guardia Civil, a través de su unidad de medio ambiente, también ha reclamado expedientes e información sobre la finca dentro de una investigación más amplia sobre construcciones irregulares en suelo protegido de la isla. Aunque Messi y su sociedad no están imputados en ningún procedimiento penal, el caso ha trascendido lo administrativo para situarse en el radar judicial.
Al cierre de esta edición La Voz de Ibiza ha elevado consultas al Ayuntamiento de Sant Josep para actualizar el estado de situación pero no han respondido. La escasa información provista por la administración de Vicent Roig tiene un largo recorrido que incluye el escándalo de la desaparición del expediente del caso Messi, también sin explicaciones.
Lo que las cuentas sí muestran
El documento no esconde el deterioro ni las operaciones financieras del grupo. Detalla que en 2024 la sociedad recibió un préstamo de 9 millones de euros de Leo Messi Management, con vencimiento en 2027, y que se registraron aportaciones de socios por 9,5 millones, lo que eleva el total acumulado de “otras aportaciones” a 227,8 millones de euros.
En el apartado de auditoría, Auren resalta que la valoración de las inversiones inmobiliarias es el “aspecto más relevante” de la revisión. Explica que recurrió a tasadores independientes y verificó ingresos por alquiler. Una señal clara de que la cartera de inmuebles, y su valoración, están bajo la lupa.
Lo que las cuentas callan
El contraste llega en el capítulo 14: Provisiones y contingencias. Allí, el informe afirma con rotundidad: “A lo largo del ejercicio 2024, la sociedad EDIFICIO ROSTOWER SOCIMI, S.A.U. no registra en su balance provisiones ni contingencias.”
Esto equivale a decir que la empresa no reconoce ningún riesgo que requiera reservar fondos. No hay provisiones para afrontar una eventual multa urbanística, ni para costear una demolición, ni siquiera se describe el expediente abierto en Sant Josep como una contingencia a tener en cuenta.
La memoria insiste, además, en que “no se han producido hechos posteriores al cierre significativos”. Oficialmente, según sus propios papeles, 2024 terminó sin sobresaltos.
Una SOCIMI con un activo tóxico
La ley obliga a que al menos el 80% de los activos de una SOCIMI se destinen al arrendamiento. En el caso de la villa de Cala Tarida, esa opción ni siquiera es posible por carecer de licencia de primera ocupación y cédula de habitabilidad.
En la práctica, la vivienda se ha usado como residencia del futbolista, lo que significa que no genera ingresos de alquiler. Dado el tamaño del resto de la cartera, esto no compromete el cumplimiento formal del 80%, pero sí convierte a la villa en un activo improductivo y problemático dentro de la sociedad.
En consecuencia, se convierte en un activo tóxico: no produce ingresos, no puede cumplir con el régimen fiscal especial y arrastra un procedimiento urbanístico que puede desembocar en una demolición parcial o en sanciones millonarias.
Un deterioro que habla por sí solo
La memoria de 2024 revela un ajuste contable de calado: 6,55 millones de euros en deterioro de inversiones inmobiliarias, que se traducen en 5,77 millones en pérdidas en la cuenta de resultados.
En términos contables, un deterioro significa que el valor de mercado de un activo es inferior al registrado en libros. En la práctica, la empresa admite que parte de sus inmuebles valen menos de lo previsto. El golpe no tumba a la sociedad —respaldada por inyecciones millonarias de su grupo—, pero refleja la sensibilidad de algunos de sus activos, entre ellos la cuestionada villa de Ibiza.
Un negocio sostenido por dinero fresco
El informe también confirma lo que ya venían mostrando ejercicios previos: Edificio Rostower resiste gracias a las aportaciones del grupo de Messi. Sin el préstamo intragrupo de 9 millones y las inyecciones de capital de 2024, el deterioro de activos habría tenido un impacto mucho mayor en la foto final del balance.
La sociedad dispone de músculo financiero gracias a la estructura que rodea al futbolista, pero sus resultados muestran que no se sostiene únicamente con la explotación de sus inmuebles.