Este domingo, 42 años después, Verónica Echegui falleció, según confirmaron fuentes de su entorno a EL MUNDO. La actriz madrileña, cuyo verdadero nombre era Verónica Fernández de Echegaray, fue popularizada por el papel de La Juani en la película de Bigas Luna (Yo soy La Juani, 2006). En los últimos días había estado ingresada en el Hospital 12 de Octubre de Madrid, aquejada por una enfermedad que finalmente la ha arrebatado.
Oriunda de Madrid y nacida en 1983, Echegui se ha caracterizado por su versatilidad interpretativa y su talento para encarnar personajes profundos y genuinos, lo que le ha valido el reconocimiento del público y el elogio de la crítica. Su última aparición en pantalla fue en la comedia romántica A muerte, dirigida por Dani de la Orden y estrenada en febrero para la plataforma Apple TV+.
Una vocación desde la cuna y una formación dedicada
Desde niña, Verónica supo que su destino era ser actriz. Proveniente de una familia con linaje artístico (relacionada con el Nobel de Literatura José Echegaray y el autor dramático Miguel Echegaray), decidió formarse en cuanto terminó el instituto, ingresando en la Real Escuela Superior de Arte Dramático (RESAD).
Pero fue en 2006 cuando realmente “se graduó ante toda España”: Bigas Luna convocó un casting para encontrar a la La Juani, y de entre 3.000 aspirantes emergió ella, vestida con un chándal amarillo de Bershka. Esa estética modesta y auténtica encarnó el personaje de forma magistral: una joven atrapada en una relación tóxica con El Jonah (Dani Martín), huyendo de su vida en el extrarradio para buscar su lugar en el mundo como actriz. Con sus aros gigantes, flequillo recto y una mirada final a cámara rota por la emoción, La Juani se convirtió en un molde para una nueva manera de contar historias desde la calle, con dolor, con valentía, con esperanza.
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La trayectoria de Verónica Echegui: reconocimientos, Goya y una carrera independiente
Por ese papel, Verónica Echegui recibió una nominación al Goya a la mejor actriz revelación, aunque la estatuilla se fue finalmente a Ivana Baquero (El laberinto del fauno). El reconocimiento, sin embargo, le abrió puertas en la industria cinematográfica al cumplir apenas veinte años.
A partir de entonces, construyó una carrera fiel a su estilo, transitando por la comedia romántica y el cine independiente. Su filmografía incluye títulos como Tocar el cielo,El menor de los males,8 citas,La casa de mi padreyEl patio de mi cárcel, aportando siempre naturalidad, autenticidad y un toque personal que la distinguía.
Con su fallecimiento, el cine español pierde a una actriz cuya verdad brillaba en cada interpretación, sin artificios, sin pretensiones. Verónica Echegui representaba la frescura de la juventud que no renuncia a contar su verdad, y lo hacía desde una autenticidad sobrecogedora.