Después del sonado enfrentamiento protagonizado el año pasado con motivo del rechazo a la apertura de la línea entre Sant Antoni y Denia, la inminente entrada en funcionamiento de la ley que restringirá el número de vehículos autorizados en Ibiza de forma progresiva, el presidente de la naviera Baleària, Adolfo Utor, arremetió ayer nuevamente contra el Consell de Ibiza.
Lo hizo durante la presentación de los resultados de la naviera de pasado ejercicio.
Según recoge el portal Economía Digital, el presidente de Baleària, Adolfo Utor, ha criticado duramente la decisión del Govern de Marga Prohens de limitar el acceso de coches privados a Baleares desde la Península, si bien la medida ha sido impulsada desde el Consell de Ibiza y aprobada por casi unanimidad en el Parlament y los datos utilizados por Utor se refieren a la isla de Ibiza.
Utor considera que esta medida supone una discriminación para los ciudadanos españoles que viajan en barco con su vehículo, frente a quienes residen en las islas o llegan por vía aérea.
«No soy español de segunda», afirmó con contundencia el empresario, cuestionando la diferencia de trato que se pretende aplicar a quienes acceden por barco.
Impacto en el transporte marítimo y la economía
El presidente de Baleària alertó de que estas restricciones afectarán gravemente a los ingresos de la compañía y a su sostenibilidad económica, ya que el transporte de vehículos desde la península es un factor clave en la operativa marítima.
«Si el tráfico de automóviles se ve restringido, evidentemente va a afectar a nuestros ingresos y a nuestra sostenibilidad económica», advirtió Utor.
Baleària es una de las principales navieras que operan en las rutas entre la península y Baleares, en competencia con Grimaldi y MSC, y además es el operador logístico de Mercadona en el archipiélago, siendo responsable del suministro de productos de alimentación y bienes de consumo.
Críticas al modelo de restricción de Formentera
Utor también cuestionó el modelo de regulación del tráfico en Formentera, que obliga a los conductores a realizar un trámite previo en una página web para solicitar un permiso, pagar una tasa y esperar la autorización.
«Estos sistemas digitales no son muy estables y lo único que hacen es generar trabas al transporte de coches provenientes de la península», denunció el empresario, quien argumentó que esta normativa dificulta el libre tránsito de los ciudadanos españoles en su propio territorio.
Ante esta situación, el presidente de Baleària propuso una alternativa: «Si quieren restringir en algunos puntos de la isla la movilidad de coches, digitalicen los coches. Es más fácil. No distingan entre los residentes españoles de primera y los españoles de segunda».
El verdadero problema: los ‘rent a car’
Según Utor, el verdadero problema del tráfico en Baleares no son los coches que llegan de la península, sino la saturación de vehículos de alquiler en el archipiélago.
«El parque de rent a car es de 20.000 coches. Pongan 10.000», sugirió como medida para reducir la congestión sin perjudicar a los viajeros nacionales.
Baleària ha analizado los datos y sostiene que en el momento de mayor tráfico del año, solo hay 5.000 coches adicionales llegados desde la península, lo que representa una cantidad mucho menor que la flota de los rent a car.
Además, Utor denunció que las empresas de alquiler aplican tarifas más altas a los españoles que a los turistas extranjeros, ya que estos últimos suelen reservar sus vehículos con antelación dentro de los paquetes vacacionales.
“Los españoles pagan el descuento de residentes, pero ahora se les impide viajar con su coche”
Como conclusión, Utor alertó de que esta medida perjudica especialmente a los ciudadanos españoles, quienes financian el 75% de la reducción en el precio del transporte para los residentes en Baleares.
«El descuento de residente lo pagamos entre todos los españoles, pero luego se nos impide llevar nuestro coche a las islas. Lo que están haciendo es favorecer el transporte aéreo y penalizar el marítimo», sentenció el presidente de Baleària.
Con estas declaraciones, la naviera deja clara su oposición a las restricciones planteadas por el Consell de Ibiza y advierte del impacto que tendrán en la conectividad entre la península y Baleares.