PARADOR DE IBIZA

Paradores se estrella al contratar en Ibiza con 24 plazas sin cubrir: ¿Qué puestos son y cuánto pagan?

La cadena pública no logra cubrir más de la mitad de los empleos ofertados para su nuevo establecimiento en Dalt Vila. La dificultad para encontrar personal cualificado reabre el debate sobre el modelo de selección y las condiciones laborales en la isla

Puestos desiertos en la convocatoria de Paradores en Ibiza
Puestos desiertos en la convocatoria de Paradores en Ibiza

A cinco meses de la fecha que se anuncia como apertura del Parador Nacional de Ibiza, una de las infraestructuras turísticas más esperadas por las instituciones y el sector cultural, la realidad es menos prometedora de lo que indicaban las proyecciones. El pasado 8 de mayo, Paradores de Turismo publicó el listado definitivo de adjudicación de plazas para los 41 puestos de trabajo fijos convocados en la OPE específica de Ibiza. El resultado ha sido llamativo: 24 de esas plazas siguen vacantes, lo que representa más del 58% de los empleos ofrecidos.

El proceso ha sido largo, minucioso y oficialmente transparente, pero no ha conseguido atraer ni cubrir los perfiles necesarios para garantizar la operatividad completa del establecimiento. Pese a tratarse de empleos estables, con condiciones laborales reguladas y sueldos publicados oficialmente por Paradores —algunos de ellos por encima de los 30.000 euros anuales—, la respuesta efectiva ha estado por debajo de lo esperado. En algunas categorías, directamente, no hay un solo candidato que haya obtenido la puntuación mínima exigida.

Una inauguración que se aproxima, con recursos humanos incompletos

Según el mismo comunicado del 8 de mayo, la empresa pública prevé inaugurar el Parador de Ibiza en el mes de octubre. Será el punto final de un proyecto con casi dos décadas de desarrollo, una inversión superior a los 27 millones de euros y una localización privilegiada en pleno casco histórico de Dalt Vila. Sin embargo, la falta de personal adjudicado deja un interrogante abierto sobre cómo y con quién se pondrá en marcha el complejo.

La adjudicación fallida afecta a perfiles clave. Entre los puestos sin cubrir se encuentran varios cocineros, camareros de comedor y bar, auxiliares de cocina, personal de mantenimiento, recepcionistas e incluso jefaturas intermedias. No se trata de un problema menor: son áreas fundamentales para garantizar el funcionamiento básico del hotel. La tabla de retribuciones medias de Paradores, publicada oficialmente como referencia para 2024, indica que un segundo jefe de cocina tiene asignada una retribución bruta anual cercana a los 32.000 euros. Un camarero de comedor supera los 26.000, y un auxiliar de cocina ronda los 24.700.

Contenido relacionado  Ibiza: casi 200.000 euros para mejorar el confort y la eficiencia energética del CEIP Sant Carles

Estas cifras no forman parte del proceso selectivo como documento obligatorio, pero sí son referencias salariales oficiales utilizadas por la empresa pública para informar a candidatos e interesados. Están disponibles en la web corporativa de Paradores y actualizadas al ejercicio 2024.

Un sistema de acceso riguroso

El sistema de selección, común en las convocatorias de empleo público de Paradores, se estructura como un concurso-oposición. La fase de oposición representa el 60% de la nota total, mientras que el concurso de méritos supone el 40% restante. Para superar la fase de oposición es necesario aprobar una prueba teórico-práctica tipo test y, en algunos casos, también un examen de idiomas obligatorio, salvo que el candidato acredite con título oficial su nivel.

Aunque el procedimiento es equitativo y busca garantizar la libre concurrencia y el mérito, en contextos como el ibicenco puede haber resultado excesivamente restrictivo. No se han aceptado títulos no oficiales en el examen de idiomas, y se exigía superar umbrales mínimos que, en algunos puestos, ha dejado fuera a la mayoría de aspirantes.

Cabe recordar, además, que el examen previsto inicialmente para celebrarse en Valencia fue trasladado al Parador de Alcalá de Henares, en Madrid, a causa de la DANA que afectó a la Comunidad Valenciana en noviembre de 2024. El cambio de sede, aunque justificado, pudo haber sido un obstáculo para algunos aspirantes baleares que contaban con poder examinarse en territorio cercano.

Las causas de un fracaso parcial

Aunque Paradores no ha emitido valoración pública sobre los resultados, varias hipótesis se cruzan a la hora de explicar por qué más de la mitad de las plazas han quedado desiertas. La primera de ellas tiene que ver con la dificultad crónica de encontrar personal en Ibiza. La escasez de vivienda asequible, los elevados costes de vida y la competencia con el sector privado en temporada alta son factores conocidos por los agentes sociales y económicos de la isla. La estacionalidad de muchos contratos, combinada con la rigidez de los procesos públicos, hace que algunos perfiles locales ni siquiera se presenten a las convocatorias.

Contenido relacionado  El Parador de Ibiza sigue sin fecha de apertura a pesar que las obras concluyeron

Otra explicación apunta al diseño del proceso. La exigencia de certificados oficiales de idiomas, las notas mínimas para superar la fase de oposición y la ausencia de mecanismos de flexibilización pueden haber contribuido al resultado. Aunque el objetivo del sistema es garantizar imparcialidad y calidad profesional, el caso de Ibiza parece confirmar que no siempre es suficiente con abrir una convocatoria y esperar que los candidatos lleguen.

Además, la convocatoria fue única y simultánea para todas las categorías, lo que obligó a muchos aspirantes a elegir una sola plaza. Esto reduce las opciones y aumenta el riesgo de que puestos concretos queden sin candidatos válidos. También hay que tener en cuenta que algunas plazas estaban reservadas a personas con discapacidad, y en esos casos, si no se presentaban candidatos con esa condición y perfil, el puesto podía quedar automáticamente vacante.

¿Puede esto comprometer la apertura?

Por ahora, la empresa pública mantiene octubre como horizonte oficial para la puesta en marcha del Parador, y el calendario previsto no ha sido modificado. Sin embargo, la carencia de personal adjudicado deja abiertas varias alternativas: lanzar un nuevo proceso urgente de selección, cubrir las vacantes con contratos temporales o desplazar personal de otros establecimientos de la red.

El problema no es menor. No se trata sólo de completar una plantilla, sino de garantizar la calidad de servicio, la atención al cliente y la coherencia con el estándar de la cadena. El Parador de Ibiza no es un hotel más: es un proyecto simbólico, patrimonial y de alto valor estratégico, tanto para la red pública como para la imagen institucional de la isla.

Contenido relacionado  Malestar por obras en el puerto de Ibiza pese a contar con permisos de la Autoridad Portuaria

Del éxito arquitectónico a la tensión operativa

Durante los últimos meses, la conversación en torno al Parador giraba en torno al edificio en sí. La finalización de las obras fue recibida con entusiasmo por parte de los responsables técnicos y de las administraciones. Incluso se difundieron vídeos institucionales donde se mostraba la restauración del recinto, las cubiertas arqueológicas, los patios históricos y la rehabilitación del entorno monumental. Pero el optimismo visual choca ahora con la realidad administrativa: no hay suficientes personas contratadas para abrir el parador con normalidad.

Lo paradójico es que, tras la publicación del tuit de los arquitectos responsables —quienes alertaban sobre el riesgo de deterioro por inactividad del inmueble—, se activó un debate sobre la urgencia de inaugurar cuanto antes. La preocupación pasaba por preservar un bien arquitectónico ya terminado. Hoy, el foco se ha desplazado hacia un problema más básico: quién lo atenderá.

Scroll al inicio
logo bandas