Juanjo Torres Serra, alias “El Pirata” y conocido delincuente de Ibiza, evoluciona favorablemente de las graves heridas sufridas tras el ataque en la finca de Binissalem y ha pasado a planta en el hospital de Son Espases, según fuentes hospitalarias.
El hombre, de 61 años de edad, resultó malherido después de que tres personas asaltaran su vivienda y le hirieran de gravedad antes de emprender la huida. La Guardia Civil sigue con las investigaciones para tratar de dar con los presuntos agresores y mantiene el ajuste de cuentas como la principal hipótesis de la agresión.
Asimismo, se estudia si la agresión puede estar relacionada con que el hombre sea alguien a quien, en los últimos años, la Benemérita ha investigado como sospecho de la desaparición de cuatro personas.
Cómo fue el ataque
Según pudieron determinar, tres sujetos ingresaron a la finca y torturaron durante 45 minutos a Torres, acusado de cuatro desapariciones pero que nunca pudo ser juzgado porque no se encontraron los cuerpos de las víctimas.
Por eso, la Policía Judicial de la Guardia Civil trabaja con una hipótesis principal: un “ajuste de cuentas”. Los investigadores creen que los autores de la salvaje tortura fueron sicarios contratados para darle un “aviso” a Torres, con el objetivo que el delincuente abandone la propiedad de Antonio Llabrés tras la extraña desaparición, investigación por la que estuvo detenido el “El Pirata”.
Los atacantes se movilizaban en un Volkswagen Golf de color gris, según pudieron establecer los investigadores. Y le habrían producido graves heridas con un hacha y un objeto cortante en diferentes partes del cuerpo durante 45 minutos.
Juanjo Torres se encontraba ocupando esa vivienda gracias a un supuesto documento que el dueño le había firmado antes de desaparecer. Según cuenta Última Hora, la última vez fue Llabrés puedo contactar con su familia fue en 2020, cuando contó que estaba “atado” y segundos después se cortó la comunicación.
Juanjo Torres estuvo detenido por esta investigación pero, como en otros casos ocurridos en Ibiza, quedó en libertad al no encontrarse el cuerpo del desaparecido.
Incluso, la finca en donde fue atacado Torres ha sido objeto de un minucioso registro en diciembre de 2020 por parte de la Guardia Civil, que la peinó con excavadoras y perros rastreadores en busca del cuerpo del propietario desaparecido, aunque no encontró ninguna evidencia para inculpar al sospechoso.