Los pescadores de Formentera han decidido transmitir calma ante la propuesta inicial de Bruselas de fijar en 10 los días de salida para la flota de arrastre en 2026, un número que consideran insuficiente pero que interpretan como el punto de partida habitual del proceso negociador. La cofradía recuerda que estas cifras preliminares suelen ampliarse tras la incorporación de medidas técnicas, paradas y vedas.
El patrón mayor de la Cofradía de Formentera, Iván Pérez, explicó a La Voz de Ibiza que, por ahora, el sector prefiere no precipitarse: “Hay que esperar de momento. La propuesta de 10 días son los días de salida. Luego se tiene que negociar”.
Expectativa de mantener un nivel de actividad similar al de este año
La diferencia entre los “días de salida” que fija Bruselas y los días reales que finalmente trabaja la flota surge de un sistema de compensaciones y medidas técnicas que permite ampliar la cifra inicial. La Unión Europea suele plantear un límite muy reducido —este año, 10 días de salida como punto de partida—, pero el reglamento prevé que, si el sector aplica artes más selectivas, respeta zonas de veda o introduce mejoras ambientales, pueda recuperar jornadas hasta acercarse a su actividad habitual.
Un ejemplo claro fue la última campaña. Pérez detalló que en 2025 la flota partió de un marco inicial de 105 días, pero que, una vez añadidos los mecanismos de flexibilidad, las embarcaciones pudieron trabajar finalmente con un total de entre 125 y 130 jornadas. “Es verdad que se parte de 10 días, pero añadiendo medidas técnicas, paradas y zonas de veda, supongo que nos darán los mismos días que este año”, señaló.
El patrón subrayó que la cifra anunciada por Bruselas no refleja todavía la actividad real, sino una base que posteriormente se ajusta en el Consejo de Ministros de Pesca.
Límite claro: no menos días
Aunque la cofradía evita alarmar, el mensaje de fondo es firme: “Si nos dan menos días será un desastre. Sería para rendirse y dejarlo todo.”
Pérez recordó que la pesca en Formentera, muy regulada y con un fuerte valor local, no puede sostener su cadena económica con menos jornadas de trabajo, y que un recorte por debajo de los niveles de 2025 impactaría de forma directa en embarcaciones, lonjas y comercialización.
A diferencia del Parlament, que ha elevado el tono político contra la presión regulatoria europea, los pescadores de Formentera prefieren esperar a las negociaciones, aunque comparten la inquietud institucional sobre el futuro del esfuerzo pesquero. El sector confía en que el resultado final se acerque a lo trabajado este año, pero asume que cualquier retroceso adicional pondría la actividad en riesgo real.












