El coste de vida en Ibiza y Formentera sitúa a las Pitiusas muy por encima de lo que gana la mayoría de los trabajadores en Baleares en términos de ingresos necesarios para mantener unas condiciones de vida digna. Según un estudio reciente de Comisiones Obreras (CCOO), una persona trabajadora necesita alrededor de 42.000 euros anuales en estas islas para cubrir gastos habituales, una cifra muy alejada de los salarios que percibe la mayoría de la población.
El informe, que actualiza el denominado salario de referencia, muestra una clara diferencia territorial dentro del archipiélago. Mientras que en Ibiza y Formentera el umbral supera los 41.000 euros anuales, el sueldo medio balear es de 27.046 euros brutos mensuales, según el INE.
La vivienda, en la mira
La principal razón de esta brecha es el encarecimiento de la vivienda. En solo un año, el gasto anual destinado al alojamiento ha aumentado en más de 7.000 euros en Ibiza, hasta superar los 27.000 euros, una evolución que condiciona el resto del presupuesto familiar y reduce la capacidad de ahorro o consumo en otros ámbitos.
En declaraciones realizadas en Radio Ibiza, la responsable de Modelo Económico y Ocupación de CCOO en Baleares, Maria Àngels Aguiló, explicó que este escenario provoca que muchos trabajadores, incluso con empleo estable, no alcancen niveles de ingresos suficientes para sostenerse de forma autónoma. Según el sindicato, solo una minoría con salarios situados en la parte alta de la distribución salarial logra aproximarse a estas cifras.
El análisis incluye otros capítulos de gasto como transporte, alimentación o servicios básicos, aunque subraya que el peso del alojamiento es determinante. En Baleares, los trabajadores destinan de media más del 60% de su salario bruto a la vivienda, una proporción que se incrementa todavía más en Ibiza y Formentera.
Desde CCOO advierten de que este desajuste entre salarios y precios consolida situaciones de precariedad y dificulta la permanencia de trabajadores en las islas. Por ello, el sindicato plantea la necesidad de combinar mejoras salariales con políticas públicas que actúen sobre el mercado inmobiliario, especialmente en los territorios con mayor presión residencial.
