La Fiscalía General del Estado ha puesto cifras y contexto a una realidad que muchos centros escolares y sanitarios llevan años denunciando: menores de tan solo nueve años han sido detectados consumiendo cannabis, lo que supone, según el Ministerio Público, “una amenaza real para la salud pública”.
En su memoria anual correspondiente a 2024 presentada el día 5 del presente mes, la Fiscalía advierte del auge del consumo de marihuana en menores, lo que conduce al desarrollo de trastornos mentales graves como la esquizofrenia o la bipolaridad.
Según recoge el documento, la progresiva banalización del cannabis en la sociedad está impulsando una normalización del consumo en edades cada vez más jóvenes.
La Fiscalía de Baleares alerta del riesgo psiquiátrico y el aumento de plantaciones ilegales
En el caso concreto de Baleares, la Fiscalía autonómica subraya que “la visión positiva” sobre el cannabis se ha convertido en un fenómeno social preocupante, ya que conduce a un incremento notable del consumo juvenil, a menudo sin consciencia de los efectos psíquicos.
El Ministerio Público reclama un mayor control de las asociaciones cannábicas, al considerar que muchas de ellas actúan como “distribuidores ilegales encubiertos”, escudándose en una legalidad aparente.
También alerta de un repunte en las grandes plantaciones ilegales de marihuana, asociadas a otros delitos como defraudación de electricidad y agua.
El tusi y el MDMA se consolidan en el ocio nocturno juvenil
Junto al cannabis, la Fiscalía advierte de un “peligroso incremento” en la aprehensión de otras sustancias como el tusi (2CB o “cocaína rosa”) y el MDMA, sobre todo en entornos de ocio nocturno.
Tal como avanzó La Voz de Ibiza, la Fiscalía de Ibiza ha reforzado recientemente la advertencia ante el drama que ha supuesto identificar al menos cuatro muertes por sobredosis de cocaína rosa, un compuesto formado por ketamina, anestesia para animales, y un poco de MDMA.
El documento describe un patrón ya conocido por las fuerzas de seguridad: jóvenes y adolescentes que combinan estas sustancias con alcohol y marihuana, lo que multiplica los efectos neurotóxicos y aumenta la probabilidad de episodios psicóticos.
Estas drogas, según el Ministerio Público, son “muy accesibles” para menores y adolescentes, y su consumo se presenta de forma trivial en redes sociales, donde se minimizan sus riesgos. La Fiscalía exige más recursos de investigación y campañas educativas más agresivas.
Ibiza: epicentro del uso recreativo del gas de la risa
Uno de los puntos concretos que destaca la memoria es la isla de Ibiza, donde la Fiscalía señala una “particular incidencia” del consumo de óxido nitroso, conocido como gas de la risa. La venta ambulante en zonas turísticas y de fiesta ha disparado la incoación de procedimientos penales: 216 diligencias previas y 58 diligencias urgentes solo en 2024, además de 50 escritos de acusación por delitos contra la salud pública.
Precisamente, el consumo de esta droga está detrás del atropello letal del domingo en cala de Bou y en el que perdió la vida una joven turista.
Los consumidores —muchos de ellos adolescentes— creen erróneamente que se trata de una sustancia inocua, ya que no está catalogada como droga en convenios internacionales.
Sin embargo, la Agencia Española del Medicamento advierte que solo puede administrarse con prescripción médica y bajo supervisión profesional, debido a los riesgos respiratorios, neurológicos y hematológicos, que pueden llegar a causar la muerte.
💬 “Su bajo precio, entre 3 y 5 euros por globo, y el efecto inmediato de euforia o embriaguez hacen que se haya popularizado especialmente entre adolescentes”, señala la Fiscalía.
Del consumo banal a la enfermedad mental: un fenómeno en expansión
La Fiscalía concluye que el patrón de consumo ha cambiado drásticamente en los últimos años, con un inicio precoz, acceso fácil a drogas sintéticas y una falsa percepción de seguridad.
Este cóctel ha derivado en un aumento real de patologías mentales severas entre los jóvenes, lo que pone en cuestión la eficacia de las políticas preventivas y educativas actuales.
La memoria no solo describe los hechos, sino que exige medidas urgentes, como:
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Reformar el sistema legal para facilitar la persecución de delitos relacionados con el narcotráfico juvenil.
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Reforzar el control a las asociaciones cannábicas.
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Vigilar la comercialización del gas de la risa.
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Intensificar campañas de concienciación en redes sociales, colegios y zonas de ocio.