El gran apagón eléctrico que este lunes dejó sin suministro a millones de ciudadanos en España, Portugal y partes de Francia sigue sin una causa confirmada. Las autoridades nacionales y europeas trabajan con «máxima cautela» para esclarecer el origen de uno de los fallos de sistema eléctrico «más importantes de los últimos años», según lo ha descrito la vicepresidenta para Transición Limpia de la Comisión Europea, Teresa Ribera.
De momento, tanto desde el Gobierno español como desde Bruselas se ha descartado la existencia de indicios que apunten a un boicot o a un ciberataque. «No hay evidencias que permitan afirmar que se haya tratado de un sabotaje», insistió Ribera, quien ha pedido «paciencia» a la población mientras los técnicos analizan la situación.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha recibido el apoyo explícito de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y del presidente del Consejo Europeo, António Costa, quienes han garantizado la colaboración de la Unión Europea para restaurar el servicio y coordinar las investigaciones.
Vibraciones atmosféricas o fallo en la red: primeras hipótesis
Aunque oficialmente las causas se mantienen bajo investigación, algunos expertos apuntan a una posible vibración atmosférica inducida, un fenómeno extremadamente raro pero documentado, que puede alterar los sistemas eléctricos de alta tensión. Según esta hipótesis, una onda de presión atmosférica podría haber desestabilizado la frecuencia de la red, desencadenando automáticamente protocolos de desconexión preventiva para evitar daños mayores.
Otra de las posibilidades que se barajan es un fallo en cascada dentro de la Red Europea de Gestores de Transporte de Electricidad (ENTSO-E), que conecta a los operadores nacionales de los países miembros. Este tipo de fallos puede iniciarse por una pequeña avería localizada que, al no poder ser contenida a tiempo, provoca desconexiones automáticas en zonas mucho más amplias.
Por ahora, los operadores eléctricos de España (Red Eléctrica) y de Portugal trabajan conjuntamente con las autoridades europeas para determinar si el origen estuvo en la red de interconexión entre países, en la propia infraestructura nacional o si fue provocado por un fenómeno externo.
Un riesgo creciente en un sistema eléctrico más complejo
Este incidente pone de relieve la creciente vulnerabilidad de los sistemas eléctricos europeos, cada vez más interconectados y dependientes de fuentes variables como las renovables. Aunque estos sistemas permiten optimizar el flujo de energía, también hacen que una anomalía local pueda extenderse más rápidamente y de forma más difícil de controlar.
Bruselas ha recordado que existen protocolos de emergencia para restaurar el servicio en caso de apagones, pero advierte de que situaciones como esta obligan a «reforzar la resiliencia» de las infraestructuras críticas ante amenazas tanto naturales como tecnológicas.
De momento, se sigue trabajando para garantizar la normalidad en todo el sistema eléctrico de la Península Ibérica y las investigaciones oficiales se prolongarán, al menos, durante los próximos días.