Las negociaciones sobre el futuro estatus de Gibraltar tras el Brexit han entrado en una fase decisiva: la Unión Europea, Reino Unido, España y el propio Gobierno gibraltareño han cerrado recientemente las líneas generales del tratado que regulará la relación del enclave británico con el bloque comunitario. Se trata de un acuerdo largamente esperado, cuyo objetivo principal es volver a definir la convivencia económica y social en una de las zonas más sensibles del sur de Europa.
El entendimiento político alcanzado en junio ha dado paso ahora a la redacción final del texto legal, que se encuentra en proceso de revisión técnica y jurídica por parte de Bruselas y Londres antes de iniciar el camino hacia su firma y ratificación.
El fin de la verja y una nueva relación transfronteriza
Uno de los puntos más relevantes del futuro tratado es la eliminación de la verja que separa Gibraltar del municipio español de La Línea de la Concepción. La intención es suprimir las barreras físicas que dificultan el paso diario de personas y mercancías, facilitando así la actividad económica y la movilidad en toda la comarca.
El acuerdo prevé que Gibraltar se integre en el espacio Schengen, lo que implicará controles coordinados en puertos y aeropuertos, gestionados de forma conjunta por las autoridades españolas y gibraltareñas. Además, el enclave británico adoptará un sistema fiscal alineado con el entorno europeo, incluyendo impuestos equiparables al IVA, con el objetivo de evitar desequilibrios comerciales.
Un tratado pensado para la prosperidad regional
Según fuentes conocedoras de las negociaciones, el espíritu del pacto es garantizar la estabilidad y el desarrollo económico tanto de Gibraltar como de las localidades españolas del Campo de Gibraltar. El texto busca compatibilizar la fluidez en la circulación con la protección del mercado único europeo, la unión aduanera y las normas de Schengen.
Este acuerdo pone fin a casi cuatro años de conversaciones iniciadas tras la salida del Reino Unido de la UE. El impulso definitivo llegó en una reunión celebrada en Bruselas entre representantes de alto nivel de las cuatro partes implicadas, que sirvió para desbloquear los principales escollos políticos.
Cómo será el proceso de ratificación
Una vez completada la revisión legal, el tratado deberá traducirse a todas las lenguas oficiales de la Unión Europea antes de ser elevado al Consejo de la UE y posteriormente al Parlamento Europeo, que deberá dar su consentimiento.
En paralelo, el texto seguirá su propio recorrido en el Reino Unido: el Parlamento de Gibraltar será el primero en pronunciarse, solicitando formalmente a Londres la ratificación. A partir de ahí, el acuerdo llegará al Parlamento británico, donde se abrirá un periodo de revisión de 21 días.
La Cámara de los Comunes tendrá capacidad para bloquear la ratificación si se aprueba una resolución en contra, mientras que la Cámara de los Lores solo podrá emitir una opinión no vinculante.
Reacciones desde el Campo de Gibraltar y las instituciones
Los alcaldes de los municipios españoles cercanos al Peñón han recibido la noticia con una mezcla de esperanza y prudencia. Desde La Línea de la Concepción se valora positivamente que el acuerdo pueda servir como una hoja de ruta clara para abordar los problemas históricos de la zona, aunque se insiste en la necesidad de conocer el contenido definitivo.
En Algeciras, en cambio, se ha expresado preocupación por la falta de información detallada. Su alcalde ha reclamado claridad sobre cómo afectará el tratado al empleo, la actividad portuaria, los controles aduaneros y la movilidad diaria de miles de trabajadores que cruzan la frontera.
Desde Londres, la ministra británica de Exteriores aseguró ante el Parlamento que el texto será publicado una vez finalizado y sometido a un amplio escrutinio parlamentario. En la misma línea, el Gobierno de Gibraltar ha prometido transparencia total y ha subrayado que el acuerdo definitivo se hará público antes de su ratificación por las distintas cámaras.













