David James “Dave” Ball, cofundador del dúo británico Soft Cell, falleció a los 66 años en su domicilio de Londres, según confirmaron sus representantes.
Con su partida se va una de las figuras clave del synth-pop de los años ochenta, cuyo impacto en la música electrónica y pop fue notable tanto por su innovación sonora como por su capacidad para fusionar géneros.
Su muerte marca el cierre de una trayectoria que comenzó en el Norte de Inglaterra, cruzó décadas de cambios en la industria musical y finalizó apenas unas semanas después de que su último trabajo con Soft Cell estuviera listo para su lanzamiento.
¿Qué le sucedió a David Ball?
Ball murió «pacíficamente mientras dormía» en su hogar en Londres a la edad de 66 años Aunque no se ha detallado una causa oficial de muerte, se sabe que llevaba tiempo arrastrando problemas de salud: su compañero de banda, Marc Almond, indicó que “ha estado enfermo durante mucho tiempo” y que su condición había ido en declive.
Los últimos años de Ball estuvieron marcados por caídas, hospitalizaciones y una recuperación prolongada que incluyó neumonía y sepsis, según reportes médicos.
Este contexto de salud complicada añade tristeza a su partida, pues pese a todo seguía mostrando voluntad de trabajar en estudio y crear música hasta el final.
Sus últimos años de vida

En sus años más recientes, Ball había enfrentado varios problemas de salud graves. En 2022 sufrió una caída que le causó fracturas en la columna y varias costillas, lo que desencadenó otros contratiempos médicos. Aun así, siguió implicado creativamente: se informó que junto a Almond habían acabado el álbum titulado Danceteria poco antes de su muerte.
Aunque la enfermedad lo limitaba físicamente, Ball siguió en contacto con la música y con proyectos de producción. La constancia de su trabajo en esas condiciones fue destacada por sus colegas, que reconocieron su “espíritu determinado” de crear hasta el final.
La época dorada de David Ball en Soft Cell

La fama mundial llegó para Ball con Soft Cell y su monumental éxito “Tainted Love”, lanzado en 1981, que catapultó al dúo al primer plano del pop y la electrónica.
Formado junto a Marc Almond en Leeds, Inglaterra, el grupo construyó un estilo distintivo que mezclaba sintetizadores, new wave, soul y actuaciones provocadoras.
Su álbum Non-Stop Erotic Cabaret se convirtió en obra clave dentro del género y su influencia sigue vigente. Ball era el artífice del sonido, el “lado silencioso” detrás del carisma de Almond, y su innovadora visión sonora sentó las bases para muchos artistas posteriores. En conjunto, su época dorada no solo definió una era musical, sino que dejó un legado que trasciende una sola canción.













