La temporada de virus respiratorios ha comenzado con fuerza en Europa y los sistemas sanitarios ya anticipan un invierno complicado. La circulación conjunta de influenza, SARS-CoV-2 y virus respiratorio sincitial (VRS) vuelve a tensionar hospitales y centros de atención primaria, un fenómeno que se repite cada año pero que en este 2025 muestra elementos diferenciales.
La gripe, que en el continente provoca entre 15.000 y 70.000 muertes anuales y hasta 50 millones de cuadros sintomáticos, se ha adelantado varias semanas, empujando a los expertos a reforzar sus advertencias.
Qué se sabe de la gripe H3N2 que predomina este año
La influenza afecta a todos los grupos etarios, aunque los niños siguen encabezando las tasas de contagio y suelen actuar como principal vector de transmisión en los hogares. En condiciones habituales, uno de cada cinco europeos se infecta cada año. Existen dos tipos principales que circulan entre humanos: el virus A, más variable y responsable de la mayoría de epidemias, y el virus B, que se mantiene casi exclusivamente en personas.
Dentro de la gripe A, los subtipos se clasifican según la combinación de dos proteínas, H y N, y actualmente los más extendidos en humanos son H1N1 y H3N2. Este último es el protagonista de la temporada: en concreto, destaca un subclado denominado K, que ha ganado terreno con rapidez, representa casi la mitad de las muestras de H3N2 analizadas en la Unión Europea y hasta el 90 % en países como Reino Unido y Japón.
Una temporada adelantada y con un comportamiento inusual
El comportamiento de la gripe ha sorprendido a los sistemas de vigilancia epidemiológica: Japón registró un ascenso temprano a partir de octubre y Europa parece haber seguido esa misma tendencia. España, por ejemplo, superó el umbral epidémico antes de lo previsto, confirmando que el virus se ha adelantado varias semanas respecto a temporadas recientes.
El predominio de H3N2 (en lugar de H1N1, más habitual en los últimos años) puede explicar parte del aumento. Tras varias temporadas con poca circulación de este subtipo, la población cuenta con menos defensas naturales, lo que facilita un repunte de contagios.
Subclado K: un virus que cambia, pero no es más agresivo

A pesar de su expansión, los especialistas coinciden en que el subclado K no supone un salto evolutivo significativo: no es un virus nuevo ni más peligroso, sino una variante del H3N2 que circula desde finales de los sesenta y que acumula mutaciones propias de su evolución constante. Por ahora, no se han detectado cambios asociados a una mayor gravedad clínica, ni resistencia a antivirales.
Los países asiáticos donde su circulación ha comenzado a disminuir no han registrado un incremento notable de casos severos, lo que refuerza la impresión de que no es un virus más dañino, sino simplemente más prevalente.
Más casos y presión sanitaria: qué puede ocurrir este invierno
Incluso sin mayor virulencia, la capacidad de propagación del virus anticipa una temporada más intensa. Los años dominados por H3N2 suelen traducirse en menor eficacia vacunal y más hospitalizaciones entre adultos mayores, uno de los grupos con mayor riesgo.
Los síntomas habituales permanecen: fiebre súbita, dolores musculares, cansancio extremo, tos seca, dolor de garganta y cefalea. En algunos pacientes pueden aparecer molestias gastrointestinales. La rapidez en la aparición de estos signos sigue siendo característico de la influenza estacional.
¿Está preparada la vacuna para esta variante?
Las vacunas antigripales se elaboran a partir de los virus que circularon el año anterior, lo que siempre implica cierto margen de error si el patógeno evoluciona más rápido de lo previsto. La inmunización de esta temporada incluye componentes para H1N1, H3N2 y gripe B, pero fue diseñada antes de la expansión del subclado K.
Aunque algunos análisis apuntan a que esta variante difiere de la cepa incluida en la vacuna, todavía no hay datos suficientes para determinar cuánto se reduce la protección. Aun así, los investigadores insisten en que la vacuna seguirá amortiguando los casos graves, por lo que se considera la herramienta preventiva más efectiva.
Vacunarse cuanto antes, la recomendación unánime
Con una temporada adelantada, la ventana para desarrollar inmunidad completa se acorta. Los expertos aconsejan recibir la vacuna lo antes posible, especialmente en personas mayores, embarazadas, individuos con enfermedades crónicas o sistemas inmunitarios debilitados.
El riesgo general se mantiene en niveles moderados, pero la combinación de circulación temprana, predominio de H3N2 y un virus ligeramente alejado de la cepa vacunal podría consolidar un invierno complejo para los servicios sanitarios.











