Este lunes 8 de septiembre de 2025, un tiroteo masivo sacudió un autobús en el cruce de Ramot, en Jerusalén. Dos hombres armados irrumpieron en una parada de autobús y abrieron fuego contra los pasajeros, dejando un dramático saldo de seis personas muertas y al menos 21 heridas. Las fuerzas de seguridad, junto a un civil armado, abatieron a los atacantes en el lugar.
El ataque ocurrió en el contexto de la actual guerra de Gaza y las operaciones militares de Israel en Cisjordania, lo que ha elevado la tensión en la región y generado un clima de alarma y desplazamientos. Se informó que los agresores eran palestinos procedentes de Cisjordania, específicamente de poblaciones como Al-Qubeiba y Qatanna.
¿Quién era el español que falleció en el atentado de Jerusalén?

La tragedia se llevó la vida de Yaakov Pinto, un melillense de 25 años que residía en Israel. Pinto, que acababa de casarse, se encontraba en la parada de autobús atacada en el barrio de Ramot cuando fue alcanzado por los disparos. Su muerte ha conmocionado tanto a su entorno en Melilla como a la comunidad hispana residente en Israel, y ya ha sido confirmada oficialmente por el Ministerio de Exteriores español.
Además de Pinto, el servicio de emergencias israelí Magen David Adom (MDA) informó de que en el lugar fallecieron también otros dos hombres jóvenes, de entre 30 y 35 años, así como un hombre de unos 50 años. A estas víctimas se sumó posteriormente una mujer de unos 50 años, que fue trasladada en estado crítico al hospital pero no logró sobrevivir, y otra persona que falleció en otro centro sanitario al que había sido evacuada tras resultar herida de gravedad.
Cronología: cómo fue el momento del atentado
🔴Atentado en Jerusalén: al menos 15 personas heridas y seis muertos, entre ellos un joven español de 25 años
👉La víctima es Yaakov Pinto, natural de Melilla, que se acababa de casar y vivía en Israel pic.twitter.com/lOFJ4E4b3y
— EL ESPAÑOL (@elespanolcom) September 8, 2025
El tiroteo se produjo a primera hora de la mañana, en torno a las 10:00 h (hora local), en la transitada calle Yigal Yadin, una de las principales vías de acceso al barrio de Ramot, al norte de Jerusalén. La zona, muy concurrida a esas horas por estudiantes y trabajadores que se desplazan hacia el centro de la ciudad, cuenta con varias paradas de autobús que se convierten en puntos especialmente vulnerables en momentos de gran afluencia.
Según el relato de testigos, dos hombres armados descendieron de un vehículo y comenzaron a disparar indiscriminadamente contra quienes esperaban el transporte público. La rápida actuación de un civil armado y de agentes de policía que se encontraban en las inmediaciones permitió neutralizar a los atacantes pocos minutos después, evitando que la tragedia fuese aún mayor.
Las autoridades israelíes identificaron a los agresores como palestinos procedentes de Cisjordania. Poco después del tiroteo, el ministro de Exteriores, Gideon Saar, confirmó que se habían desplegado refuerzos militares en distintos puntos sensibles de Jerusalén y en los alrededores de Ramala, dentro de un operativo destinado a prevenir nuevos ataques y localizar posibles colaboradores.
Reacciones y repercusiones inmediatas
El atentado en Jerusalén generó una oleada de declaraciones políticas en cuestión de horas. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, lo enmarcó dentro de la “firme guerra contra el terrorismo” que, aseguró, Israel libra para garantizar la seguridad de sus ciudadanos. Para el jefe del Gobierno, el ataque demuestra la necesidad de mantener la presión militar y de seguridad frente a las facciones palestinas radicales.
El presidente Isaac Herzog también se pronunció, condenando con contundencia el ataque y rindiendo homenaje a las víctimas. Herzog subrayó la valentía tanto de las fuerzas de seguridad como de los civiles que intervinieron en medio del caos para neutralizar a los agresores, evitando que el balance fuera aún más devastador.
Desde el lado palestino, la Autoridad Nacional Palestina, presidida por Mahmud Abás, emitió una condena indirecta en la que rechazó todo tipo de violencia contra civiles, aunque sin mencionar expresamente a los autores del ataque. Este posicionamiento buscó mostrar distancia respecto a la acción armada, pero al mismo tiempo evitar un choque político con facciones rivales.
En contraste, los grupos islamistas Hamás y la Yihad Islámica Palestina celebraron el tiroteo: el primero lo describió como una “operación heroica”, mientras que el segundo lo enmarcó como una respuesta a lo que denomina “crímenes de la ocupación israelí”. Sus mensajes de respaldo no solo evidencian la división palestina en torno a la estrategia frente a Israel, sino que también alimentan el temor a una escalada de ataques en la región.