El presentador de televisión Jimmy Kimmel, uno de los rostros más populares del late night estadounidense, ha quedado en el centro de la tormenta mediática y política tras unas declaraciones sobre el asesinato del activista conservador Charlie Kirk.
Sus palabras, pronunciadas durante el monólogo de su propio programa en la cadena ABC, han generado una ola de repudio y han desencadenado consecuencias inmediatas tanto en el ámbito televisivo como en el político.
Los primeros pasos de Jimmy Kimmel

Jimmy Kimmel, nacido en Brooklyn en 1967, inició su carrera en la radio local, donde ya destacaba por su estilo sarcástico y su humor afilado.
Su salto a la televisión llegó en los años noventa, con apariciones en programas como Win Ben Stein’s Money y The Man Show. Pero el reconocimiento masivo lo alcanzó en 2003, cuando ABC le confió la conducción de su propio late night: Jimmy Kimmel Live!, emitido desde Los Ángeles.
El programa se consolidó rápidamente como uno de los grandes espacios de entretenimiento nocturno en Estados Unidos, combinando entrevistas a celebridades, parodias virales y monólogos cargados de crítica política y social.
Con los años, Kimmel se convirtió en un referente del humor televisivo, reconocido incluso por presentar la gala de los Premios Óscar en varias ocasiones.
Un estilo marcado por la sátira política

A diferencia de otros presentadores de late night, Kimmel no ha dudado en introducir la política en sus monólogos. Sus comentarios suelen dirigirse contra líderes y movimientos conservadores, lo que le ha granjeado tanto seguidores fieles como críticos acérrimos.
Su estilo directo, irónico y en ocasiones mordaz le ha permitido mantener relevancia en un panorama mediático cada vez más competitivo, aunque también lo ha situado en el ojo del huracán en más de una ocasión.
La controversia con Charlie Kirk
En este contexto, sus recientes palabras sobre el asesinato de Charlie Kirk no pasaron desapercibidas: Kimmel insinuó que el crimen estaba relacionado con el movimiento MAGA de Donald Trump, pese a que las autoridades apuntaban a un perfil diferente del sospechoso.
El comentario desató una ola de críticas, llevó a la suspensión indefinida de su programa y abrió un debate nacional sobre los límites del humor y la libertad de expresión en televisión.