El fenómeno del sinhogarismo entre las personas mayores se ha disparado en Baleares, con un incremento del 148% en apenas tres años, según un análisis presentado este jueves dentro del Anuario del Envejecimiento. Ante este aumento “alarmante”, el estudio plantea la necesidad de adaptar el modelo ‘Housing First’ —que prioriza el acceso a una vivienda digna acompañada de apoyo social y sanitario— para garantizar un envejecimiento digno a quienes viven sin hogar.
La investigación, titulada El envejecimiento invisible: personas mayores sin hogar, ha sido elaborada por la educadora social, expresidenta del Instituto Mallorquín de Asuntos Sociales (IMAS) y actual consellera del Grupo Socialista en el Consell de Mallorca, Sofía Alonso. Su análisis parte de la revisión de las memorias del IMAS correspondientes a los años 2020-2023, donde ha detectado un crecimiento sostenido y significativo del sinhogarismo en la población mayor de 64 años.
Las situaciones de exclusión empiezan antes de los 65 años
El estudio detalla que la franja de 55 a 64 años es la que concentra el mayor número de personas atendidas sin hogar, seguida a distancia por la de 65 a 74 años y, en menor medida, por los mayores de 75. Este patrón, según Alonso, podría indicar que las situaciones de exclusión social y pérdida de vivienda se desencadenan antes de la edad de jubilación y que, a medida que avanza la edad, existe menor detección o acceso a recursos.
El modelo ‘Housing First’, una vía posible para revertir la tendencia
El informe reivindica la adaptación del modelo ‘Housing First’, una metodología implantada con éxito en varios países que propone garantizar primero el acceso a una vivienda estable y, a partir de ahí, ofrecer acompañamiento social y sanitario continuado. Su aplicación a personas mayores sin hogar podría, según la autora, convertirse en una herramienta “potente” para mejorar la calidad de vida y favorecer procesos de recuperación y autonomía.
Alonso subraya que las personas en situación de sinhogarismo presentan una esperanza de vida entre 20 y 30 años menor que el resto de la población, lo que evidencia la urgencia de implementar políticas específicas dirigidas a este colectivo.
Una llamada a la acción institucional
El estudio concluye que es imprescindible reforzar las políticas de vivienda, ampliar la prevención y mejorar la coordinación entre servicios sociales, sanitarios y comunitarios para frenar el avance del sinhogarismo entre las personas mayores. También insiste en la necesidad de realizar un seguimiento más exhaustivo que permita identificar casos a edades más tempranas y activar intervenciones eficaces.













