La Policía Nacional y la Guardia Civil han detenido en Ibiza a un ciudadano argelino considerado uno de los patrones más activos en la llegada de pateras a las Pitiusas. El hombre, con numerosos antecedentes, está acusado de un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros y de favorecimiento a la inmigración ilegal.
La investigación se inició el pasado abril, tras el desembarco de una patera en Formentera. Las declaraciones de los migrantes y el análisis de material videográfico, junto a otras pruebas recabadas, permitieron identificar al patrón, quien habría escapado tomando una ruta diferente tras dejar a los ocupantes en tierra.
Patrón reincidente, maniobras arriesgadas y una red bajo vigilancia
La difusión de las imágenes obtenidas entre los distintos cuerpos de seguridad permitió su localización y posterior arresto. Según fuentes policiales, el detenido estaría relacionado con otros intentos recientes de entrada irregular, gracias a las similitudes técnicas entre varias embarcaciones.
Durante los días previos a la detención, fue detectado dirigiendo al menos dos nuevas embarcaciones, una de las cuales tuvo que ser interceptada a gran velocidad por el Servicio Marítimo de la Guardia Civil para evitar una colisión con rocas, una maniobra que puso en peligro a los agentes.
Este caso refuerza la preocupación de las autoridades sobre la profesionalización de las rutas ilegales de inmigración, especialmente en la conexión marítima entre Argelia y las Islas Pitiusas. El uso sistemático de estas rutas convierte a la región en uno de los puntos calientes de entrada irregular en el Mediterráneo.
¿Qué son las “taxi pateras”?
Las llamadas “taxi pateras” son embarcaciones ilegales que transportan migrantes desde las costas del norte de África, principalmente Argelia, hasta Formentera e Ibiza. A diferencia de otras rutas más precarias, estos trayectos son organizados por redes criminales que cobran cantidades elevadas, a menudo miles de euros, a cambio de una travesía extremadamente peligrosa, en condiciones inhumanas y sin garantías de supervivencia.
Como ejemplo reciente, la semana pasada La Voz de Ibiza informó de la detención de varios patrones vinculados a este tipo de actividad, acusados de cobrar entre 3.000 y 7.000 euros por persona en viajes que terminaban con los migrantes hacinados y deshidratados tras horas de navegación sin apenas víveres ni medios de seguridad.