El sistema de reconocimiento facial implantado como proyecto piloto en el aeropuerto de Ibiza ha quedado suspendido. De hecho, AENA ha confirmado a La Voz de Ibiza que la tecnología no está actualmente en funcionamiento en ningún aeropuerto español.
Aunque la autoridad aeroportuaria no ha esgrimido el motivo, según a trascendido esto ocurre después de que surgieran dudas legales sobre su encaje en el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) europeo.
Cómo funcionaba el sistema de reconocimiento facial
El sistema, utilizado por compañías como Vueling en la terminal ibicenca, permitía embarcar sin necesidad de mostrar documentos físicos, identificando a los pasajeros a través de tecnología biométrica. Aunque su despliegue pretendía agilizar procesos y mejorar la experiencia en aeropuertos, la gestión de los datos biométricos ha sido puesta en entredicho, a pesar de que los usuarios dieran su consentimiento.
¿Por qué se ha suspendido el sistema?
Según han informado fuentes del sector a IB3, el motivo de la suspensión es que el sistema no garantizaba plenamente el cumplimiento del reglamento europeo en lo referente al tratamiento de datos biométricos sensibles, de los que Aena es el depositario. Especialistas en ciberseguridad han advertido que el problema no solo radica en el consentimiento, sino también en la falta de transparencia sobre el nivel de protección de los datos recogidos.
El director del aeropuerto de Palma ha confirmado que AENA está evaluando cómo resolver estos problemas legales, con el objetivo de retomar el proyecto en el futuro. Por el momento, solo siguen operativas las cámaras del control automatizado de pasaportes, que utilizan un sistema distinto y no forman parte del proyecto suspendido.
Ibiza, entre los aeropuertos implicados
El aeropuerto de Ibiza fue uno de los puntos donde se implantó el piloto, que también se probó en instalaciones como Palma y Madrid. AENA ha subrayado que se trataba de una fase experimental y que, hasta que no se ajusten plenamente las garantías legales, no se retomará su funcionamiento operativo.
Desde el gestor aeroportuario insisten en que el sistema biométrico sigue siendo una apuesta de futuro, pero solo se reactivará cuando exista plena seguridad jurídica y transparencia sobre su uso. El caso reabre el debate sobre el equilibrio entre innovación tecnológica y protección de los derechos digitales de los ciudadanos.