"¿POR QUÉ ES TAN CARO VIVIR EN IBIZA?"

Un ibicenco y un rumano cuentan su odisea en Ibiza: pisos zulos, alquileres de locura y trabajos de 10 horas donde ni saben si te pagarán

Mientras los precios de los alquileres siguen disparados, la falta de vivienda y las condiciones laborales empeoran en Ibiza. Dos amigos, un ibicenco y un rumano que llegó con 50 euros en el bolsillo, relatan las dificultades para encontrar un techo y trabajar en la isla sin terminar en la ruina.

Ibiza es sinónimo de playas paradisíacas, fiesta y exclusividad. Pero, ¿qué pasa cuando intentas vivir allí todo el año? Para muchos, la isla se ha convertido en un infierno inmobiliario y laboral donde el acceso a la vivienda es una odisea y encontrar un empleo estable, una misión casi imposible.

Durante una caminata por la montaña, un ibicenco y un rumano que lleva casi una década en la isla conversan sobre los problemas del alquiler y el trabajo en Ibiza. «Si pones un anuncio en Telegram ofreciendo una habitación por 550 euros, te escriben 500 personas en un solo día», explica el joven ibicenco, quien ha visto cómo el mercado inmobiliario ha explotado en los últimos años.

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Su amigo rumano asiente y recuerda su llegada a la isla con apenas 50 euros en el bolsillo. Su primer alojamiento fue un apartamento compartido con 12 personas, donde cada uno pagaba 800 euros por un estudio que antes formaba parte de una vivienda más grande. “Cuando entré, solo para la entrada tuve que pagar 3.000 euros. Y eso hace ocho años… ahora ni me imagino”, relata.

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Para ellos, el problema no es solo la falta de pisos, sino la enorme demanda. “La gente no viene aquí por el dinero, porque no les sale a cuenta pagar 700 euros por una habitación y ganar 2.000 al mes. En cualquier otra ciudad de España puedes vivir mejor con menos”, comenta el ibicenco.

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Además, denuncian el fenómeno del subalquiler descontrolado. “Hay gente que consigue alquilar un piso y luego lo revende por habitaciones a precios absurdos. Un propietario alquila su casa por 2.000 euros y el inquilino lo divide en habitaciones de 600 euros cada una. Negocio redondo”, explica el rumano.

Ambos coinciden en que la falta de regulación agrava el problema, ya que muchos alquileres se acuerdan sin contrato. “Si no tienes contrato, pueden echarte en cualquier momento y nadie puede hacer nada”, advierten.

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Trabajos de 10 horas y sueldos que nadie tiene claros

La crisis del alquiler no es el único problema. Ibiza es una isla donde encontrar trabajo no es difícil, pero sí que te paguen bien y en condiciones justas.

“Me pasó en una entrevista que me dijeron: ‘son 10 horas al día’. Les pregunté si era el máximo o si en realidad eran más… y ni ellos lo sabían”, cuenta el ibicenco. Según él, muchas empresas buscan empleados que acepten condiciones precarias, con contratos poco claros y jornadas abusivas.

Otro problema es que hay empresas que prefieren contratar a trabajadores de fuera porque saben que estarán dispuestos a aceptar cualquier condición. “A veces, si ven que eres ibicenco y que no tienes que pagar tanto de alquiler, te descartan porque piensan que puedes dejar el trabajo en cualquier momento”, explica.

Por otro lado, en sectores como la hostelería, ocurre lo contrario: muchas empresas quieren empleados que vivan todo el año en la isla, para no tener que buscar nuevos trabajadores cada temporada. “Si eres de aquí, a veces te valoran más porque no desapareces en invierno”, comenta el joven.

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«Ibiza es un paraíso, pero vivir aquí no es para todos»

Mientras caminan y observan el paisaje, los dos amigos reflexionan sobre la contradicción de la isla: un lugar que muchos ven como un paraíso, pero que expulsa a los que no pueden permitirse pagar precios desorbitados.

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“El problema no es solo la gente que viene con dinero. Aquí hay ricos y pobres de todas partes, y la mayoría acaba aceptando cualquier precio con tal de quedarse”, dice el ibicenco.

Su amigo rumano, que tras años de esfuerzo logró alquilar un estudio para él solo, añade: “Yo llegué sin nada y ahora vivo mejor. Pero si viniera ahora, con lo que está pasando, no sé si lo conseguiría”.

Para ambos, la única solución pasaría por regular el mercado y limitar los abusos, aunque dudan de que eso ocurra pronto. “Si la gente sigue pagando estos precios, todo seguirá igual. Los únicos que ganan son los propietarios y los que subalquilan”, concluyen.

Antes de terminar la caminata, el ibicenco resume su pensamiento en una frase que refleja la dura realidad de la isla:

«Ibiza es preciosa, pero vivir aquí ya no es para todos».

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