La parada de taxis de la discoteca Pacha de Ibiza fue el escenario la madrugada del sábado de un hecho cuando menos esperpéntico: un taxista del municipio de Sant Josep agredió a una de las controladoras que trabajan para la empresa contratada por la Federación Insular del Taxi de la Isla de Eivissa (FITIE).
A pesar de que el presidente de la asociación mayoritaria del taxi de Sant Josep aseguró a La Voz de Ibiza desconocer el suceso, este medio lo ha podido corroborar por varias fuentes.
De hecho, al lugar de los hechos se desplazó una patrulla de la Policía Nacional que se ha hecho cargo de la investigación.
La principal función de los controladoras que la FITIE despliega en determinadas paradas de taxi de la isla es asignar correctamente el taxi a cada cliente siguiendo el orden de la cola. Evitar, dicho en otras palabras, que los taxistas puedan seleccionar a los clientes para quedarse con los viajes más rentables.
Y también que se cumpla el decreto de la orden de carga y que establece que los taxistas de otros municipios puede cargar siempre que haya cola en la parada y que si no lo hay, han de abandonarla.
La teoría saltó por los aires la madrugada de viernes, una de las noches más concurridas de la discoteca Pacha gracias al tirón de la residencia de Marco Carola (Music On), cuando el taxista de Sant Josep titular de la licencia 29 perdió los papeles y acabó agrediendo a la citada trabajadora, lo que obviamente ha generado una profunda indignación en el sector.
La empresa de controladores
El coste de la empresa de controladores está detrás de la subida de las cuotas del GPS aprobada recientemente por la FITIE y que ha sido cuestionada por algunos taxistas que aseguran que contraviene la norma del convenio firmado entre la patronal y el Ayuntamiento de Ibiza.
