Salvem sa Badia redobla sus críticas al Ayuntamiento de Sant Antoni tras recibir los resultados de un análisis de laboratorio que confirma que el agua de la playa de Caló des Moro no era apta para el baño el pasado 29 de abril, justo después del vertido de aguas fecales en la zona. La muestra, analizada en un laboratorio autorizado por la Conselleria de Salud, detecta 738 unidades formadoras de colonias (ufc) de enterococos intestinales por cada 100 ml, cuatro veces por encima del máximo legal permitido (185 ufc), según el Real Decreto 1341/2007.

Denuncian que el Consistorio no publicó su analítica
El resultado, conocido ayer por la tarde, choca frontalmente con la versión oficial. Unas horas antes, el Ayuntamiento de Sant Antoni había enviado una nota de prensa en la que aseguraba que no se había detectado contaminación en Caló des Moro. La asociación ecologista reclama que el Consistorio no acompañó dicha afirmación con el informe técnico ni informó sobre la hora o fecha exacta de la recogida de la muestra. El Ayuntamiento aún no se ha expedido al respecto ante la más reciente consulta de La Voz de Ibiza.
Según el documento de análisis de Salvem sa Badia, la recogida de la muestra fue realizada dos horas después del vertido, cuando aún había charcos de aguas fecales, toallitas y compresas sobre las rocas junto al mar.
El vertido
La concejala de Medio Ambiente y Playas, según denuncia la entidad ecologista, minimizó el incidente al afirmar que “el vertido sólo había alcanzado las rocas” y que “ni nos planteamos cerrar la playa”. Incluso acusó a Salvem sa Badia de “alarmismo” por advertir públicamente de la situación.
El análisis oficial y las imágenes del suceso contradicen esa versión, dejando en entredicho la gestión municipal de un incidente que, según la normativa, exigía la prohibición temporal del baño o, como mínimo, una advertencia visible a los usuarios de la playa.
Falta de protocolo y riesgo sanitario
Salvem sa Badia asegura que ni los socorristas fueron informados del vertido y que estos se enteraron dos horas después, a través de la asociación. Tampoco se advirtió a los bañistas, que continuaron usando la playa sin conocer el riesgo sanitario que suponía una contaminación de ese nivel.
“La red pluvial ya no arrastraba el vertido cuando se tomó la muestra, pero los residuos seguían visibles en el entorno”, advierten desde la plataforma.
Petición de revisión de protocolos
Para Salvem sa Badia, lo ocurrido evidencia la necesidad urgente de revisar los protocolos municipales ante episodios de contaminación, apostando por medidas de prevención eficaces y una comunicación transparente.
La asociación recuerda que la bahía de Portmany sufre desde hace años problemas crónicos de vertidos y apunta a la zona de Cala de Bou, bajo la gestión del Ayuntamiento de Sant Josep, como uno de los puntos más afectados por la obsolescencia de la red sanitaria.