El presidente del Consell Insular Vicent Marí reivindicó la “Ibiza de las familias, la cultura, la tradición, la diversidad y la convivencia”, frente a las visiones que —dijo— reducen la isla a “un mero escenario de lo que pasa, olvidando lo que realmente es”.
Durante el tradicional discurso institucional de Sant Ciriac, Marí instó a la ciudadanía a seguir construyendo “una isla justa y solidaria” donde el progreso no implique “renunciar a la cohesión social ni territorial” y en la que cada persona se pregunte si está dispuesta a participar activamente en su transformación.
Ley de control de vehículos e intrusismo
El presidente destacó la “batalla sin descanso” contra el intrusismo y la economía sumergida, especialmente en el transporte y el alojamiento turístico no regulado, que generan “precariedad laboral y social que no podemos permitir”.
En esa línea, ha destacado la entrada en vigor de la Ley de control de afluencia de vehículos, una norma que calificó de fruto del consenso y que responde a una demanda “unánime de la sociedad ibicenca”.
A propósito, criticó que no haya sido bien recibida por quienes ven la isla “solo como un balance empresarial o una caja registradora” y reafirmó el compromiso de garantizar una movilidad segura y sostenible.
Sequía, vivienda y presión migratoria
Marí alertó de “una de las peores sequías de los últimos tiempos” y reclamó un uso responsable del agua, así como inversiones para aumentar la producción de agua desalada, mejorar las redes y fomentar el ahorro y la reutilización.
También abordó la crisis de acceso a la vivienda, que afecta tanto a familias ibicencas como a trabajadores, recordando que la población se ha duplicado en tres décadas y que “el progreso no puede mantenerse a cualquier precio”.
En materia migratoria, denunció la falta de control en fronteras y la llegada de pateras, que tensiona los servicios de atención a menores, reclamando una respuesta firme del Estado.
Por otra parte, el presidente animó a convertir las Festes de la Terra en el hilo que una pasado, presente y futuro, y a preservar la lengua, tradiciones y patrimonio histórico como ejes para mirar adelante “con optimismo”.
