Dormir junto a una nevera, compartir ducha con desconocidos y pagar 2.000 euros por ello. Así es uno de los alojamientos ofertados en Ibiza para trabajadores de temporada: una cocina reconvertida en dormitorio colectivo, en pleno corazón de Playa d’en Bossa.
La escena parece sacada de una parodia, pero es real: una cocina industrial, con azulejos, campana extractora y mesa de trabajo, se ofrece como vivienda en Ibiza. En el vídeo difundido por redes sociales se señala el espacio: “Esta es la cocina, aquí hay una cama, ahí otra mesa para comer…”.
Unas escaleras internas conectan con una zona más amplia que, según la voz que narra, sería “donde duerme toda la peña”. La propuesta es clara: colocar dos literas, sumar otra cama y completar la ocupación.
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Cuatro camas por 2.000 euros
El anuncio, publicado en una cuenta destinada a alquileres para trabajadores, describe el espacio como un apartamento de un dormitorio con cuatro camas individuales, ubicado frente a una discoteca en Playa d’en Bossa. El precio: 2.000 euros al mes, más gastos de electricidad.
El agua está incluida, pero para reservar se exige un mes de adelanto por transferencia bancaria y al menos cinco meses de contrato.
“Pero estás al lado de Ushuaïa”
La venta del producto apela a la localización: “100 metros de la playa” y “justo al lado de Ushuaïa”. Como reclamo, aparece destacado en el vídeo: “BUT U R NEXT TO USHUAIA – WATCH TILL THE END”.
Las imágenes muestran el interior: paredes sin decorar, literas en fila, un baño improvisado con ducha, retrete y lavabo compartido, y una habitación sin ventanas visibles.
Dormir entre la nevera y la estantería
El espacio no cuenta con separación real entre zonas. Las camas están distribuidas junto a mesas, una nevera y estructuras metálicas de almacenaje. “Sería ponerle alguna estantería”, sugiere el narrador, mientras camina por el improvisado pasillo del que antes fue un local de hostelería.
Todo está dispuesto para maximizar camas, no comodidad. No hay salones, ni intimidad, ni muebles más allá de lo imprescindible.
Una estampa que ya no sorprende
Lo que impacta del vídeo no es solo el estado del lugar, sino su normalización. La presentación se hace con tono amable, incluso entusiasta. Se destaca el sol, el acceso fácil a la playa, y el hecho de que “hay una pila de cuatris, pero los van a quitar”.