La planta de valorización energética de Son Reus, en Mallorca, es planteada como la mejor alternativa para el futuro de la fracción de rechazo de los residuos de Ibiza, según la mirada del Consell de Ibiza y de grupos de presión como la plataforma ¡Hay Soluciones!.
Se trata de la segunda incineradora que más residuos ha procesado en España según datos de 2018 de la Asociación de Empresas de Valorización Energética de Residuos Urbanos (AEVERSU), con 562.100 toneladas tratadas.
La planta de valorización energética de Mallorca, que comenzó a funcionar en 1997, tiene cuatro líneas y una capacidad de tratamiento actual de unas 730.000 toneladas anuales. Pero ha oscilado un uso de 520.000 toneladas anuales en los últimos años. Podría decirse que opera al 70 % de su capacidad.
Pero además de contar con capacidad, la incineradora mallorquina tiene sobrada experiencia en recibir los residuos de otros puntos del mapa. Incluso fuera de Baleares y de la Península Ibérica.
Experiencias internacionales
En noviembre del 2012, por impulso del PP, el Parlament balear aprobó una ley que permitía a Mallorca recibir residuos de otras latitudes, incluso de otros países europeos, para incinerarlos en su planta de valorización. El objetivo obtener un beneficio económico que permitiera amortizar la inversión realizada al instalar la incineradora, que, que ya por entonces operaba muy por debajo de su capacidad.
Tirme, la compañía que llevaba adelante la planta de valorización energética, tenía la concesión del Consell de Mallorca hasta 2041 y para 2013 trabajaba a pérdidas.
Los primeros cargamentos de residuos de fuera de Baleares llegaron desde Cataluña, más precisamente desde Molins de Rei y Sabadell. Entre 2013 y 2014 se trataron en Mallorca unas 60.000 toneladas de residuos previamente tratados en suelo catalán.

En el 2014 se acordó recibir hasta 30.000 toneladas de basura de Irlanda del Norte. Al año siguiente se aprobó la llegada de otras 85.000 toneladas de residuos provenientes del puerto de Belfast.
En el 2015 llegaron los primeros envíos de basura desde Italia, luego de más de dos años de fallidas negociaciones (que se cayeron cuando se supo que había grupos de la mafia involucrados). Los primeros cargamentos fueron unas 3.000 toneladas de combustible sólido procedentes de las ciudades de Giuliano y Tuffino.
Ante las críticas de ecologistas y partidos opositores, Tirme argumentaba que gracias a la importación de basura podía mantener a raya el precio por la incineración de residuos locales. Este argumento es uno de los que sostienen quienes abogan por enviar la basura de Ibiza hasta Mallorca en la actualidad: «Tirme estaría encantada de recibir los residuos de Ibiza porque va a permitir reducir las tasas», ha dicho Flor Dell’Agnolo, de la plataforma ¡Hay Soluciones!
La empresa no se ha pronunciado sobre el caso de Ibiza, pero, ante la consulta del Consell de Mallorca, ha asegurado que cuenta con capacidad para tratar los residuos pitiusos.
Solo en Baleares
Mallorca proyectó que entre 2015 y 2020 importaría entre 250.000 y 300.000 toneladas anuales de basura. En total, el cálculo era de alcanzar 1,9 millones de toneladas en el período 2013-2020.
Pero la nueva administración del Consell cerró a fines de 2018 la puerta al ingreso de residuos que no fueran del archipiélago balear mediante una cláusula en el contrato con Tirme.
“Conseguir que Mallorca no pueda volver a ser el basurero de Europa siempre ha sido uno de mis principales objetivos y de mi equipo. Ahora conseguimos definitivamente cerrar la última puerta a la importación de residuos de fuera de las Islas Baleares«, dijo por entonces, orgullosa, Sandra Espeja, consellera de Medio Ambiente.
Menorca a Mallorca
Durante los primeros siete meses del 2015, mientras el vertedero de es Milà era ampliado y actualizado, Menorca envió los residuos que no podía reciclar hasta Mallorca.
Se emplearon desde barcos con una veintena de plataformas para envíos semanales a otros con un cuarto de tonelaje para envíos diarios. Además, para descargas mayores, había busques que podían llegar 60 camiones. Las rutas marítimas empleadas fueron tanto Ciutadella-Alcúdia como Mahón-Palma.
Fueron en total 4.984,94 toneladas de residuos, que representaron un desembolso de 720.194 euros al Consell de Menorca solo en cuanto al tratamiento (131,4 euros por tonelada). Los costes totales, incluidos el transporte, ascendieron a 2,2 millones de euros; el Govern balear entregó una subvención de 300.000 euros.
Las Pitiusas
Aunque el posible traslado de residuos desde Ibiza hacia Mallorca ahora aparezca como una solución a la gran cantidad de basura no recuperada, lo cierto es que no es nada nuevo el traslado de basura desde su punto de origen hasta el punto de incineración.
Formentera envía a Ibiza, que termina en el vertedero de Ca Na Putxa, su fracción de rechazo desde el cierre del vertedero de es Cap de Barbaria en el 2006.
Mientras tanto, en la actualidad se trasladan ya fracciones de residuos reciclables para empresas, como vidrio, papel y cartón, tanto a Mallorca como a la península ya se trasladan a Mallorca y a la península.