FÚTBOL

El duro momento de Aitor Ruibal tras un grito homófobo en Vallecas que ha reabierto el debate

El futbolista del Betis respondió con firmeza a un insulto desde la grada al finalizar el Rayo–Betis, y su reacción ha generado conversación sobre la homofobia en el fútbol

Aitor Ruibal, en su partido contra el Rayo Vallecano
Aitor Ruibal, en su partido contra el Rayo Vallecano

El empate sin goles entre Rayo Vallecano y Real Betis en el Estadio de Vallecas no solo dejó la clasificación de La Liga en juego, sino también un episodio que ha vuelto a poner sobre la mesa la persistencia de insultos homófobos en los estadios españoles. Tras el partido, Aitor Ruibal, jugador del Betis, fue objeto de un grito desde la grada que le pidió literalmente “píntate las uñas”, un comentario que el propio futbolista interpretó como un insulto homófobo por su expresión y a la luz de hechos pasados.

La respuesta de Aitor Ruibal

Cuando Ruibal comenzó a atender a los micrófonos de La Liga tras finalizar el encuentro, desde una parte de un estadio ya vacío se escuchó claramente el grito de “píntate las uñas”. Tras un segundo de pausa, el futbolista no se amilanó y respondió con franqueza: “ale, homófobo”. La firmeza de la réplica de Ruibal encapsuló la incomodidad y la indignación que siente ante este tipo de mensajes.

El jugador explicó a continuación que esta situación no es algo aislado en su caso. “Me pasa en todos los partidos”, reconoció, lamentando que este tipo de insultos formen parte de su experiencia recurrente en el terreno de juego. Ante la periodista que le atendía, que había dicho no haber escuchado el grito, Ruibal intentó restar dramatismo: “No pasa nada, no hay que hacer bola”, dijo, aunque su comentario y su tono reflejaron el malestar que estas situaciones le generan.

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Un problema persistente en el fútbol

Lo vivido en Vallecas no es un hecho aislado ni nuevo para Ruibal. El episodio se enmarca en lo que diversos sectores han descrito como una tendencia preocupante de ciertos sectores de la afición a burlarse o atacar a jugadores cuya expresión de la masculinidad no encaja con un estereotipo tradicional y rígido.

La trayectoria de Ruibal incluye momentos anteriores en los que su forma de mostrarse ha sido objeto de críticas homófobas. No es casualidad que en redes sociales y comentarios de esfera pública se haya hablado de él por detalles como sus uñas pintadas o su actitud desprejuiciada.

El antecedente con Borja Iglesias

Un ejemplo paradigmático de cómo ciertos sectores de aficionados reaccionan a estas expresiones es lo sucedido en 2023 con Borja Iglesias, entonces compañero de equipo de Ruibal en el Betis y ahora en el Celta. En aquella ocasión, los dos futbolistas acudieron a la boda de un compañero, Camarasa, y generaron polémica en redes sociales. La razón para algunos comentarios de mal gusto fue que tanto Ruibal como Iglesias llevaban bolso.

Frente a la oleada de críticas y ataques, Ruibal decidió en ese momento alzar la voz. Acusó a lo que definió como una “minoría ruidosa” de tratar de ridiculizarle a él y a Iglesias. “Debemos mantener el respeto hacia cualquier persona, con independencia de su orientación sexual o de cualquier índole”, afirmó en aquella ocasión, añadiendo: “Hay que condenar la homofobia que, evidentemente, sigue existiendo en mayor o menor medida”.

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La situación de Iglesias, por su parte, fue igualmente significativa. Cuando apareció en un entrenamiento del Betis con las uñas pintadas, recibió mensajes como: “Maricones en mi equipo no, gracias”, “qué grima” o “rescisión de contrato y que se vaya al Sevilla”. Este tipo de insultos reflejan la persistencia de sectores homófobos entre aficionados que parecen no aceptar la diversidad expresiva dentro del deporte.

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