Con la discreción que siempre ha caracterizado sus gestos más personales, Leo Messi ha vuelto a Barcelona… y al Camp Nou. El futbolista argentino, actualmente en las filas del Inter de Miami, sorprendió este lunes con una publicación en sus redes sociales en la que se le ve recorriendo el renovado estadio azulgrana, todavía en obras y parcialmente reabierto al público.
Lo que parecía una simple visita sentimental se convirtió en un gesto cargado de simbolismo y emoción, pues el astro aprovechó la ocasión para enviar un mensaje con evidente carga emocional —y crítica— hacia la directiva del FC Barcelona y, en especial, hacia su presidente, Joan Laporta.
“Volví a un lugar que extraño con el alma”
En su mensaje, Messi no solo recordó su etapa en el club, sino que dejó entrever la herida abierta por su abrupta salida en 2021, cuando tuvo que abandonar el Barça entre lágrimas por la imposibilidad de renovar su contrato. “Anoche volví a un lugar que extraño con el alma. Un lugar donde fui inmensamente feliz, donde ustedes me hicieron sentir mil veces la persona más feliz del mundo”, escribió el futbolista.
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El texto, acompañado de varias imágenes del jugador en el nuevo Camp Nou (todavía con casco de obra y luces tenues), continúa con un deseo que resuena entre los aficionados: “Ojalá algún día pueda volver, y no solo para despedirme como jugador, como nunca pude hacerlo…”.
Estas palabras se han interpretado como una indirecta a Joan Laporta, a quien el argentino responsabiliza, en parte, de la forma en que se produjo su salida del club.
Una despedida que nunca ocurrió
En agosto de 2021, Messi se despidió del FC Barcelona en una emotiva rueda de prensa, sin poder hacerlo sobre el césped y ante su afición. En aquel momento, el club alegó motivos económicos y las limitaciones del “fair play financiero” de LaLiga para justificar su salida.
El propio jugador aseguró entonces que había hecho todo lo posible por quedarse, incluso aceptando una rebaja salarial del 50%, pero el Barça no pudo inscribirle en la competición.
Aquel adiós dejó una profunda sensación de injusticia tanto en el futbolista como en la hinchada. Desde entonces, Messi no ha vuelto a jugar en el Camp Nou, aunque en repetidas ocasiones ha manifestado su deseo de tener una despedida a la altura de sus 17 años de gloria en el club. “Siempre dije que me gustaría despedirme de la gente como merezco, como se merece la historia que tuvimos juntos”, señaló el argentino en una entrevista el año pasado.
El sueño pendiente: una despedida con su afición
Durante su etapa en el Barça, Leo Messi conquistó 35 títulos, incluidos 10 Ligas, 4 Champions League y 7 Copas del Rey, además de múltiples reconocimientos individuales. Su legado trasciende los números: fue el líder de una generación dorada que marcó una era en el fútbol mundial.
Sin embargo, el propio jugador ha insistido en que la falta de una despedida oficial fue una espina que aún lleva clavada. “Fue muy duro irme de esa manera. No pude decir adiós como quería, con la gente en el estadio”, reconoció el futbolista tras fichar por el Inter de Miami.
Su regreso inesperado al Camp Nou ha reavivado el debate sobre ese acto de homenaje que la afición lleva años reclamando. Muchos hinchas creen que el Barça tiene una deuda moral con su mejor jugador de la historia, y que la reconstrucción del estadio sería el escenario perfecto para saldarla.
Messi y el eterno vínculo con Barcelona
Aunque su carrera continúa en Estados Unidos, Messi ha mantenido un vínculo emocional y familiar con Barcelona, ciudad en la que residió más de dos décadas. Su esposa, Antonela Roccuzzo, y sus hijos siguen visitando con frecuencia la ciudad, y el propio jugador conserva su residencia en Castelldefels.
Además, su relación con antiguos compañeros como Busquets o Jordi Alba, con quienes comparte vestuario en el Inter de Miami, mantiene vivo el espíritu blaugrana en su día a día.









