Las playas ya no son solo para nadar o tomar el sol. En los últimos años, se han convertido en verdaderos gimnasios al aire libre donde la gente busca movimiento, equilibrio y una dosis de adrenalina. Desde el amanecer hasta el atardecer, los arenales están llenos de tablas, cuerdas y cometas de colores. Muchos aficionados incluso aprovechan pausas entre sesiones para relajarse o jugar online en 1win, una plataforma donde se puede jugar desde cualquier lugar.
Paddle surf: equilibrio y calma sobre el agua
El paddle surf o SUP (Stand Up Paddle) es el favorito de quienes buscan ejercitar todo el cuerpo sin prisa. Basta una tabla grande, un remo y un poco de equilibrio. Las cifras lo confirman: según datos de la ISUPA (International SUP Association), más de 9 millones de personas lo practican regularmente en el mundo. La razón es simple: combina resistencia, meditación y contacto directo con el mar.
Muchos instructores aseguran que una hora de paddle surf quema entre 400 y 700 calorías. Y lo mejor es que puede practicarse todo el año, incluso en aguas tranquilas de lagunas o embalses.
SUP yoga: meditar mientras flotas
De aquí nació una variante que suena imposible pero engancha: el SUP yoga. Es una versión acuática del yoga tradicional, donde las posturas se realizan sobre la tabla. No hay música ni alfombrilla, solo el sonido del agua. Según instructores en Tenerife y Cancún, la demanda de clases ha subido un 35% en los últimos dos años.
Para quienes buscan probarlo, hay tres consejos básicos:
- Elegir una tabla ancha y estable.
- Empezar con posturas sentadas o de rodillas.
- Evitar corrientes o vientos fuertes.
La recompensa es clara: mejora el equilibrio, tonifica los músculos profundos y reduce el estrés. Algunos lo llaman el gimnasio flotante.
Kitesurf y wingfoil: la fuerza del viento como motor
Donde hay viento, hay kitesurf. Este deporte combina tabla, cometa y velocidad. Exige técnica, pero ofrece una sensación de libertad incomparable. En zonas como Tarifa, Fuerteventura o Punta del Este, el kitesurf ya mueve una economía local de más de 50 millones de euros al año entre escuelas, alquileres y material.
Su versión más moderna es el wingfoil, que añade un hidroala bajo la tabla y una vela inflable que se sostiene con las manos. Flotar sobre el agua a un metro de altura se ha vuelto el nuevo sueño de los fanáticos del mar. La curva de aprendizaje es más rápida y la sensación, según quienes lo practican, «adictiva».
| Deporte | Nivel de dificultad | Calorías por hora | Equipo necesario |
| Paddle surf | Medio | 400-700 | Tabla y remo |
| SUP yoga | Bajo | 250-400 | Tabla ancha y espacio tranquilo |
| Kitesurf | Alto | 600-1000 | Cometa, arnes, tabla |
| Wingfoil | Alto | 500-800 | Tabla con hidroala, vela inflable |
Beach fitness: entrenar sin gimnasio
El entrenamiento funcional sobre la arena se ha vuelto rutina para muchos surfistas y amantes del fitness. La superficie irregular obliga a activar más músculos y mejora el equilibrio. Además, el impacto es menor que en asfalto, lo que reduce el riesgo de lesiones.
Algunas rutinas populares incluyen:
- Sprints cortos de 20 metros.
- Flexiones y burpees sobre la arena.
- Saltos con cuerda o entrenamiento con bandas elásticas.
Todo con un extra que ningún gimnasio ofrece: el sonido del mar. Muchos deportistas incluso combinan la sesión con partidas en 1win durante los descansos, aprovechando el mismo móvil con el que registran su entrenamiento.
Vóley playa 2.0: más rápido y más técnico
El clásico vóley playa no ha desaparecido, pero se ha transformado. Hoy las ligas amateur y torneos locales usan sensores de movimiento y aplicaciones para registrar saltos y precisón de golpes. También hay formatos mixtos, con reglas más cortas y rotaciones más dinámicas.
Un estudio de la FIVB indica que la participación femenina creció un 28% entre 2021 y 2024, impulsada por las redes sociales y la inclusión de torneos de dos contra dos. Las playas de Brasil, España y México ya son epicentros de competiciones semanales.
La nueva ola del deporte playero
El auge de estos deportes no es moda pasajera. Se debe a que ofrecen algo que los gimnasios cerrados no pueden: contacto directo con la naturaleza, libertad de horarios y una comunidad relajada. Las marcas han entendido esto y adaptan su material a nuevos perfiles: desde principiantes hasta atletas que entrenan para campeonatos internacionales.
En 2025, las playas seguirán llenas de tablas, cometas y sonrisas. El viento, el sol y la arena se combinan en una mezcla que engancha a quien la prueba una vez. Para muchos, la mejor cancha sigue siendo la orilla del mar.








