En el partido entre Real Betis y FC Barcelona, un disparo de Marcus Rashford fue desviado por el cuerpo de Marc Bartra; el balón rebotó en su pierna y posteriormente impactó en su brazo. A primera vista, la acción no provocó protestas significativas, pero el árbitro, alertado por el VAR, decidió revisar la jugada. Finalmente, pitó penalti.
La decisión desató un fuerte disgusto en el Betis y entre sus aficionados, quienes cuestionaron que el contacto inicial hubiera sido con la pierna y no con la mano.
El respaldo del árbitro y la sala VAR
El colegiado encargado de la jugada, tras acceder al monitor del VAR, explicó con claridad su criterio: “Ahí es punible porque Bartra, desde el inicio, se está tirando con el brazo para arriba. Está ocupando un espacio desde el primer momento. Aunque haya un rebote en la pierna, sigue siendo punible y es penalti, ¿vale?”.
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El argumento clave: Bartra tenía el brazo levantado desde el primer instante y en posición antinatural, lo que, según la interpretación del reglamento, amplía su volumen corporal innecesariamente y puede interferir con un disparo rival. Por eso, y pese al rebote, la mano fue considerada voluntaria.
Para el árbitro y los responsables del VAR, la decisión fue correcta, ajustada a la regla 12 que regula las manos dentro del área.
El dictamen del CTA: penalti con respaldo oficial
Tras analizar la jugada en su programa “Tiempo de revisión”, el Comité Técnico de Árbitros (CTA) confirmó la sanción: la mano de Bartra corresponde a penalti. Según el organismo, “el brazo está en una posición no natural y ocupa un espacio que no le corresponde para hacer su cuerpo más grande”.
Lo jodido del penalti de Bartra ya no es ni que se pite. Es que el colectivo arbitral ha complicado tanto las normas y los criterios que son los únicos que entienden que eso sea penalti. Ni el más culé
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El hecho de que el balón rebotara previamente en su pierna no exime de sanción, ya que el jugador afrontó la acción con el brazo en una postura potencialmente punible desde el inicio. El CTA subrayó que este criterio debe aplicarse de forma uniforme para evitar confusiones futuras y garantizar coherencia en las decisiones arbitrales.
La polémica, fuera del área técnica
Para muchos del entorno del Betis, incluido su entrenador, Manuel Pellegrini, la sanción fue injusta. Pellegrini aseguró que “ese penal no me parece. Le da antes a Bartra… inventan un penalti para estirar el marcador”.
La afición y varios analistas han expresado su desconcierto y descontento: para ellos, la jugada no merecía revisión, mucho menos pena máxima, y denuncian una interpretación arbitraria que condicionó el resultado.
¿Qué implicaciones tiene esta decisión para el futuro?
La confirmación del penalti por parte del CTA pone sobre la mesa la importancia del posicionamiento corporal en jugadas de mano dentro del área. La interpretación de un brazo elevado, aunque el balón rebote antes en otra parte del cuerpo, puede ser sancionable, lo que amplía el grado de exigencia sobre los defensas en situaciones de disparo cercano.
Esto podría aumentar los riesgos de sanciones controvertidas en las próximas jornadas, especialmente en acciones con disparos potentes o rebotes fortuitos. Para muchos clubes y defensas, el mensaje es claro: la posición del cuerpo cuenta tanto como la intención.
Además, la polémica reaviva el debate sobre el uso del VAR y la subjetividad de los criterios: incluso decisiones avaladas oficialmente pueden provocar descontento social.
Para Marc Bartra y para el Betis, la jugada marcará un antes y un después: un penalti convertido, una derrota marcada, y una polémica que no parece tener fin.








