Duro sábado para la UD Ibiza, que finalizó su quinta jornada consecutiva sin ganar al caer por 2-1 frente al Marbella, un rival situado en la zona de descenso. La derrota complica seriamente las aspiraciones del equipo de alcanzar el primer puesto de la clasificación, objetivo marcado desde inicio de temporada.
Consciente del momento crítico, el técnico Paco Jémez apostó por una revolución táctica para tratar de frenar la mala racha: dispuso una línea de tres centrales y sin laterales en el once inicial, en una formación orientada claramente al ataque, con centrocampistas y delanteros como protagonistas, sin embargo el cambio no tuvo el efecto esperado.
Con esta nueva formación UD Ibiza salió con intensidad y no tardó en demostrar su intención ofensiva. A pesar la actitud de ataque, el Marbella no se rindió, el equipo, lejos de venirse abajo, remontó el partido antes del descanso y dejó a los celestes sin reacción.
La crisis reduce el margen de error
La derrota deja a la UD Ibiza sumida en una crisis deportiva evidente, con cinco jornadas consecutivas sin conocer la victoria y con una dinámica preocupante en la fase decisiva del campeonato. Paco Jémez, que trató de buscar soluciones desde el banquillo, no logró revertir la situación y ve cómo su equipo se aleja de los primeros puestos.
La presión crece sobre el conjunto ibicenco, que deberá reencontrarse con la victoria si quiere seguir peleando por el liderato.