Los hechos hablan por sí mismos de que el programa de turismo senior público del Imserso necesita urgentemente medidas correctoras. De lo contrario, Ibiza se quedará sin este segmento de actividad para los meses de fuera de temporada de 2023 que quedan, causando un grave perjuicio a los trabajadores directos e indirectos que dependen del mismo. Ellos son, junto a los pensionistas que disfrutan de unas merecidas vacaciones, los grandes beneficiados de los viajes del Imserso, ya que logran más meses de actividad incrementando su renta disponible y mejoran sus cotizaciones, lo que redunda en pensiones más altas al jubilarse.
En el año 2011, 12 hoteles de Ibiza albergaron a 50.000 turistas senior. En el primer tramo de 2023, el número de hoteles se redujo a seis y el de turistas, a mucho meno de la mitad. Si no se produce un milagro, en otoño e invierno de 2023 no habrá ninguno.
El retraso en la adjudicación es una de las razones por las que Ibiza tiene muy difícil trabajar con Imserso lo que queda de año. Pero no es la única, ni la más importante. La baja rentabilidad que obtienen los hoteles, fruto de los precios bajos que reciben, poco más de 20 euros por estancia en regimen de pensión completa y con un amplio programa de actividades, y de las elevadas exigencias del programa son las razones por las que numerosas compañías que tratan de alargar la temporada dejan de hacerlo después de experiencias ruinosas. Otras lo hacen por responsabilidad social con sus plantillas y destinos y para evitar fuga de trabajadores a otros sectores. La tensión inflacionista actual, con incrementos de precios de los alimentos y las materias primas, es otro elemento que desincentiva.
No hay ninguna razón para que el Estado no incremente la exigua subvención que reciben los hoteles que trabajan en el plan, ya que la recaudación pública y las transferencias que recibimos de Europa se sitúan en índices históricos que generan margen de maniobra suficiente. Máxime cuando según las estimaciones del adjudicatorio de los lotes del presente programa estima que el Estado ingresa tres euros por cada euro invertido, lo que supone un rentabilidad del 300%. En demasiadas ocasiones, se echa en falta una visión más empresarial en la gestión de los asuntos públicos, como este caso.
Para paliar en parte estos desequilibrios, el Consell de Ibiza y los ayuntamientos de Santa Eulària y Sant Antoni acordaron subvencionar las estancias con dos euros más a pagar al 50%. Gracias a esta acertada iniciativa pública, las administraciones evitaron que Ibiza se quedara sin Imserso la pasada campaña.
En juego estaba una operación que, según las estimaciones que justificaron la citada aportación, 300 puestos de trabajo directo y otros 400 indirectos en la oferta complementaria y un volumen de negocio de más 15 millones de euros, además del valor intangible que supone la conectividad aérea adicional con ciudades con las que Ibiza no tendría vuelo directo.