La brisa de La Mola volverá a llevar el sabor de Formentera más allá de las Pitiusas. La bodega Terramoll, referente de la viticultura ecológica de la isla desde hace casi 25 años, acaba de sellar una alianza estratégica con Vintae, uno de los grupos vinícolas más inquietos y reconocidos del panorama español.
El acuerdo, que implica la entrada de Vintae en la gestión y accionariado de Terramoll, marca el inicio de una nueva etapa: la de abrir la puerta de sus viñedos de pie franco y su Malvasía atlántica, a copas de todo el mundo. Sin renunciar —aseguran— a la esencia que define a la pequeña gran bodega de La Mola: sostenibilidad, variedades autóctonas y respeto absoluto por el paisaje insular.
Formentera se embotella para el mundo
Para Arantxa Moll, responsable de Terramoll, la alianza es la forma de “seguir proyectando los vinos de Formentera sin perder la filosofía que nos ha traído hasta aquí”. No es para menos: sus más de 15 hectáreas de viñedo ecológico, en una meseta con suelos arenosos libres de filoxera, son un tesoro que la familia Moll cuida desde el año 2000.
De la otra parte, Richi Arambarri, CEO de Vintae, pone sobre la mesa una idea clara: dar valor a los territorios únicos. “Lo especial de Terramoll y Formentera encaja con nuestra forma de entender el vino: cada viñedo, cada historia, merece llegar a su público sin perder lo que lo hace irrepetible”.

Vinos isleños con pasaporte
La apuesta no es pequeña. Vintae ya exporta la mitad de su producción a más de 70 países, y suma ahora la singularidad de Formentera a su portfolio, que incluye etiquetas emblemáticas como Matsu, Bardos o Hacienda López de Haro. Esta red internacional permitirá que uvas como la Monastrell o la Malvasía salten de La Mola a cartas de vino de diversos países y continentes.
Pero la clave está en que esta nueva etapa mantiene vivo lo que hace único a Terramoll: su forma de trabajar la tierra, su producción ecológica y un compromiso real con la preservación del entorno que, más que marketing, es herencia.
Un legado que se abre camino
En tiempos donde hablar de sostenibilidad se ha convertido en eslogan, la pequeña gran bodega de Formentera recuerda que a veces lo más valioso es lo que permanece intacto. Y que su trascendencia no tiene que ver con hacer más botellas, sino con que cada copa hable de la isla.