TRÁFICO DE DROGAS

Casi tres años preso por error en Ibiza: de ser «tratado como terrorista» a dar clases de música en prisión

Francesco Alesse fue absuelto tras pasar 1.000 días en prisión preventiva en la isla. Dormía en casa de un disyóquey acusado de narcotráfico.

Francesco Alesse, la semana pasada, delante del centro penitenciario de Ibiza, donde pasó casi tres años preso.GERMÁN LAMA (ARABA PRESS)
Francesco Alesse delante del centro penitenciario de Ibiza, donde pasó casi tres años preso. GERMÁN LAMA (ARABA PRESS)

“Yo no tenía la más mínima idea de lo que estaba pasando. Me pensaba que aquello era una película, me parecía que era un terrorista al que van a apresarlo”. Así ha revivido el italiano Francesco Alesse (45 años) lo que ocurrió el 26 de agosto del 2020, cuando decenas de agentes de la Guardia Civil irrumpieron en la casa de Santa Eulària en la que dormía, con el objetivo de apresar a los responsables de una red de narcotráfico. Alesse, que no tenía nada que ver con esto, se encontraba durmiendo en la casa de Hugo Bianco, disyóquey y cabecilla de una organización que en los tres años previos había traficado dos millones de pastillas hacia Miami.

“Desconocía a qué se dedicaba Hugo, yo sólo le conocía de su faceta como músico, donde es realmente bueno a nivel internacional. A partir de ahí me comí tres días de calabozo, luego pasé ante el juez y de ahí se me envió a prisión”, ha narrado Alesse en una entrevista concedida a El Mundo.

Alesse trabajaba como el tour manager de Bianco, y se encontraba en su domicilio luego de que esa noche animaran una fiesta privada. La Guardia Civil encontró en la casa unas 40 bolsas con diversas drogas, desde cogollos de cannabis seco a ketamina.

«A la mañana siguiente, Hugo se marchaba a Portugal un par de semanas porque tiene una fuerte adicción a la ketamina. Iba a un centro de rehabilitación. Creo que aquel viaje precipitó la operación policial», ha relatado Alesse.

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Tras ser apresado, pensó que no tardaría en demostrarse que él nada tenía que ver con el caso. Pero las semanas pasaban y la ansiedad se incrementaba. Tanto que recién obtuvo la libertad provisional el 24 de mayo de 2023.

Sin pruebas, sin llamadas, sin libertad

Desde el primer momento, Francesco negó cualquier vínculo con el narcotráfico. No hubo escuchas telefónicas, seguimientos ni testigos que lo implicaran en la trama. Aun así, fue arrestado, pasó tres días en calabozos y fue enviado a prisión. No volvió a pisar la calle hasta el 24 de mayo de 2023, cuando pagó una fianza de 6.000 euros y recuperó la libertad bajo condiciones: sin pasaporte y sin poder abandonar Ibiza.

«Cada recurso que presentaban mis abogados era rechazado», cuenta. Cambió de defensa hasta encontrar al penalista Ricardo Álvarez-Ossorio, quien logró demostrar ante la Audiencia Provincial de Palma de Mallorca que no existía prueba alguna en su contra. El fallo concluyó que los indicios eran insuficientes: ni era su domicilio, ni tenía relación con el material incautado, ni fue señalado por nadie.

Una cárcel sin traumas… y con música electrónica

Durante su estancia en el centro penitenciario de Ibiza, Alesse asegura que su día a día no fue tan duro como cabría imaginar. «No te voy a decir que es como estar en libertad, pero no sufrí», admite.

Uno de los momentos más singulares que vivió fue cuando Hugo Bianco propuso organizar un taller de música electrónica dentro de la prisión. «Él fue el profesor y yo su asistente», explica. Ambos compartieron celda y dieron clases a otros internos con equipo autorizado por la dirección del penal.

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Críticas a la Fiscalía

Más allá del fallo absolutorio, Alesse cuestiona el papel del Ministerio Fiscal. «Me gustaría que explicaran por qué pedían siempre que me mantuvieran preso», denuncia. Según su relato, el único argumento eran unos antecedentes por tenencia de droga para consumo, un hecho menor que no justificaba su vinculación con una organización criminal.

Además, recuerda que hubo periodos clave de la investigación en los que ni siquiera estaba en Ibiza. Vivía en Roma. Sin embargo, fue incluido en la causa por el simple hecho de estar en la casa de Bianco esa noche.

«Una amiga me ofreció dormir en su casa y rechacé la invitación. ¡En qué mala hora no me fui con ella!», lamenta.

Otros acusados sí fueron condenados

En esta causa, la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Palma sí condenó a cuatro personas, con penas que oscilan entre el año y medio y los nueve años y medio de cárcel. El propio Bianco, líder de la red, continúa fugado de la justicia española y, según sus redes sociales, reside actualmente en Miami.

La droga se enviaba oculta en botes con apariencia de complementos alimenticios o cosméticos, y se transportaba a través de mulas que volaban desde Ibiza a Barcelona y, desde allí, a Estados Unidos.

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