Semana Santa son unos días muy significativos para aquellos que profesan la fe cristiana. Hoy en día, más allá de lo que relata la Biblia, se siguen conociendo detalles de cómo fue la vida en la época de Jesús, gracias a las investigaciones de científicos de diferentes áreas. En eso, la ciencia ha explicado cuál fue el motivo último más probable de la muerte de Jesús en la cruz.
«La crucifixión era la pena de muerte utilizada por los romanos desde el 217 a.C. para los esclavos y todos aquellos que no eran ciudadanos del Imperio», ha explicado el politólogo, historiador especializado en Medio Oriente y escritor italiano Gerardo Ferrara, de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, en Roma, consultado por BBC News Mundo.
«Era una tortura tan cruel y humillante que no estaba reservada para un ciudadano romano. Era precedida por el flagelo, infligido con diversos instrumentos, según la procedencia y el origen social de los condenados», ha detallado el especialista.
Experimentos sobre la crucifixión concluyen cómo fue exactamente el fallecimiento de Cristo
El fallecido médico forense estadounidense Frederick Thomas Zugibe, quien fue profesor de la Universidad de Columbia, Estados Unidos, supo llevar a cabo una serie de experimentos con voluntarios para investigar los efectos de la crucifixión en el cuerpo del ser humano, y condensó los resultados en el libro The Crucifixion of Jesus: A Forensic Inquiry.
Zugibe usó cruces de madera de 2,34 metros de alto y 2 metros de largo. Los voluntarios, adultos de 30 años, fueron suspendidos en ella y sus indicadores monitoreados electrónicamente. Relataron que no podían apoyar la espalda contra la cruz y reportaron fuertes calambres.
El investigador también analizó las tres hipótesis más aceptadas sobre el motivo último de la muerte de Jesús: asfixia, infarto y shock hemorrágico; y concluyó que Jesús tuvo un paro cardíaco por hipovolemia: la considerable disminución del volumen sanguíneo después de todas las torturas y las horas clavado en la cruz. En suma, la razón sería el shock hemorrágico.
«La muerte fue lenta, muy lenta, y acompañada de un sufrimiento terrible. La víctima, levantada del suelo a no más de medio metro, estaba completamente desnuda y podía quedar colgada durante horas, si no días, sacudida por espasmos de dolor, náuseas y la imposibilidad de respirar adecuadamente, ya que la sangre no podía ni siquiera fluir a las extremidades que estaban tensas. hasta el punto del agotamiento», ha detallado Ferrara.
Por otro lado, hay consenso sobre que los clavos atravesaron las muñecas y no las manos de Cristo: «La estructura de las manos y la ausencia de huesos importantes impedirían el soporte de un peso tan pesado y la carne de las manos se desgarraría».