Cada vez hay más productos cosméticos y más intervenciones estéticas disponibles. La obsesión por el skincare y el efecto anti-age va en aumento.
Pero parece que las cremas, por más promesas que hagan, tendrían poco efecto en la cantidad de arrugas, que aunque de cualquier forma aparecerán con el paso del tiempo, pueden ser mantenidas bajo control.
El divulgador científico Néstor Sánchez Férez, fundador de Regenera PNI, plataforma de difusión y formación, se ha hecho eco de los resultados de una investigación publicada en la revista médica Frontiers.
En el paper, titulado A multi-study analysis enables identification of potential microbial features associated with skin aging signs, se concluye que las cremas tienen poco efecto en las arrugas y que lo realmente importante es la microbiota de la piel.
Férez ha destacado del estudio: «Las cremas dañan la microbiota y así nos hacen más dependientes. Tenemos que utilizar cosméticos que casi pudiéramos comernos y que ayuden a nuestra microbiota».
«Además, la gran nutrición de la microbiota y de la piel es el sol, si nos exponemos de una manera adecuada. El sol produce el contexto adecuado para que la microbiota de la piel se desarrolle», ha añadido.